Los hombres de Venus

8

Capítulo 8

Texto 3

Cuando el ambiente se calienta, el cuerpo lo sabe antes que la conciencia.

Hay una especie de burbujeo en las entrañas que hace que tu temperatura se eleve y tu respiración se ablande. Los ojos se oscurecen por que las pupilas se dilatan de deseo.

Tu cuerpo empieza a prepararse para entregarse. Ahí comienza la desinhibición, cuando el cuerpo inconscientemente se acerca a la perdona deseada. Y ya solo quedan miradas, miradas que son pasionales y lascivas, hace que la lujuria hierva en las venas.

El problema viene cuando dicho proceso sucede paralelamente en tiempo y espacio con tres personas a la vez. Cada una de ellas atractiva a su manera, cada una de ellas atrayentes de una manera distinta. Uno te roza, suavemente, el otro, respira en tu nuca al hablar, mientras que el último te sostiene la mirada de una forma insistente y seductora.

Todos ellos te incitan y seducen, es normal que caigas en su pervertido juego sobre todo, cuando manipulan tu cuerpo, sin que tu consciencia a penas se dé cuenta de ello.

                                                                                                                                                                -V-