Sin importar los riesgos que implicaba bajar a la tierra para ofrecerle compañía y que sus sentimientos crezcan en contra de todo.
Era algo que valía la pena pasar.
Y mientras pueda escuchar su voz junto a la lira, no había de que preocuparse.
♡ #6...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— • —
Tras esa noche, la mente de Roseanne parecía que había olvidado su estabilidad y sentía que estaba vagando en un bosque lleno de preguntas.
En definitiva, no eran cosas que se podían responder leyendo un libro o algo por el estilo, no, si quería respuestas, tenía que ir a ver a Dios.
Y la idea no le alegraba tanto.
Ya de por sí, no conocían quien era, aun siendo ángeles, muy pocos tenían la "dicha" de poder acercarse a el sin que un juicio –que en realidad pasa muy poco– o un suceso importante –que si ya un juicio pasa poco, esto reduce mucho más posibilidades– esté de por medio.
Ni siquiera sabía si cualquier ángel podía hablar con el o ella.
El hecho de que la personas creyeran que ser un ángel era tan maravilloso como lo pintan, le estaba comenzando a irritar.
Y dándose cuenta de eso, lo más probable es que si sigue pensando o sintiendo cosas así, rápidamente la iban a descubrir.
Se le estaba acabando la paciencia. Demasiado rápido.
—Roseanne.
— ¿Qué? — JiSoo se sorprendió al escuchar el tono de voz y la mirada tan pesada que cargaba la rubia.
Sin más, se había dado cuenta de lo que pasaba, dejó las pocas cosas que tenían en mano y se llevó a Roseanne a un lugar donde no sean capaces de escucharlas.
—Debes hacer algo antes de que empiecen a suponer cosas de ti. Entiendo que lo de Jennie aun te afecte, pero aquí tienes un lugar más seguro y no tienes que sufrir lo que ella ya sufrió.
Sabía que JiSoo le decía esas cosas con tal de calmarla y evitar que las cosas vayan a peor.
Pero no podía, las cosas no podían mejorar si la palabra "sufrir" estaba entre medio.
—Lo que menos me importa ahora es lo que hablen de mi o lo que podría sufrir si alguien se da cuenta de lo que pienso o siento. Esto es una gran farsa.
—Lo sé, pero no hagas las cosas difíciles, terminarás perdiendo como sea.
Roseanne rió, haciendo que la pelinegra se sintiera confundida ante su reacción.
—No lo creo.
La rubia acomodó su cabello y vestuario como si este se hubiese arruinado, antes de volver a hacer sus obligaciones, miró a JiSoo con una sonrisa.
—Algún día deberás bajar a ver a Jennie, te extraña.
Y se fue.
JiSoo se quedó con la palabras en la boca y pensando en lo que había dicho. ¿Roseanne tenía un plan?
