Sin importar los riesgos que implicaba bajar a la tierra para ofrecerle compañía y que sus sentimientos crezcan en contra de todo.
Era algo que valía la pena pasar.
Y mientras pueda escuchar su voz junto a la lira, no había de que preocuparse.
♡ #6...
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Al día siguiente Roseanne no pudo evitar escapar de las garras de su querida amiga JiSoo, quien estaba aun preocupada y renuente a lo que la rubia le decía.
Y quería viajar en el tiempo para evitar que las cosas pasaran, que Jennie no hubiese sido desterrada.
Pero eso nunca iba a estar en sus manos y esperar a que sus dos amigas tuviesen un momento de lucidez en sus cabezas, era demasiado.
Mientras que la chica que pasaba sus días en la tierra, yendo de un lado a otro e intentando buscar una forma de no perder sus alas, estaba teniendo la idea de que Roseanne no quería decir lo que pasaba por su mente o corazón. Le ponía intranquila, pero no quería ser tan insistente.
Quería que sus momentos con ella fuera solo para sentirse bien, que verse sea una razón para sentirse seguras y aliviar los malestares.
¿En que momento las cosas se habían vuelto tan complicadas?
La chica se sentó en el sofá y rodeó sus piernas con sus brazos y se quedó viendo las flores que habían recuperado su vida gracias al cuidado que les daba. No esperaba que quedarse ahí sirviera para algo, pero le ayudaba a pensar con tranquilidad.
Margaritas, claveles y calas.
En una de sus tantas esperas por Roseanne, decidió buscar el significado de estas. Quería regalarle alguna, pero siempre que quería arreglar su sorpresa, la rubia ya había llegado.
Aunque ese momento sería perfecto para hacerlo, pero no sabía de donde sacar las cosas que necesitaba para que su arreglo floral fuera decente y diera una buena impresión.
Las alas ya no estaban colaborando y la idea de bajar por las escaleras se le hacía agotador.
Solo sabía que realmente quería darles esas flores a su amor.
Suspiró y miró hacía el atardecer.
Por alguna razón, se estaba sintiendo nostálgica, también quería decirle a Roseanne lo mucho que la amaba y que estarían bien, que nada podría salir mal, pero a su vez, también le hacía sentir frustrada.
Meneó su cabeza y pasó su mano por el cabello.
—Park ChaeYoung, si no llegas pronto, me voy a arrancar las alas.
Dijo irritada.
Se paró del lugar y decidió bajar hasta la entrada del edificio, a ver que podía hacer además de observar unas flores.
Por suerte, logró reconocer a uno de los chicos que estaban en aquel parque.
Traía una gorra negra, prácticamente todo su vestuario era negro a excepción de sus zapatos y camisa.
