Capítulo 63

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"El Torneo de los Tres ̷C̷u̷a̷t̷r̷o̷ Magos"

Harry miraba, sin muchas ganas, a los estudiantes de Beauxbatons echar sus nombres al cáliz de fuego. 

Los alumnos de Durmstrang ya lo habían hecho, y luego fueron a sentarse en su mesa para desayunar. Él aún no había entablado conversación con ninguno de los estudiantes, y luego de lo ocurrido el día anterior, realmente no quería hacerlo. 

El director del colegio, Karkarov, se le había quedado mirando detenidamente en la entrada del Gran Comedor cuando estaban saliendo, y en consecuencia, todos los estudiantes también se le quedaron viendo, apuntando sin descaro alguno su cicatriz y murmurando entre ellos. Había sido una sensación horrible, y ahora estaba tratando pasar desapercibido entre ellos, algo por primera vez no tan difícil ya que la atención de todos recaía en el cáliz de fuego. 

—Buenos días— saludó Theo cuando se sentó a su lado. —¿Quiénes ya pusieron su nombre?

—Todos los de Durmstrang, ahora están terminando los de Beauxbatons— respondió Harry tras asentir en forma de saludo.

—¿Alguien de Hogwarts?

—Warrington vino temprano— ladeó la cabeza, tomando un poco de jugo. —Y creo que una chica de Ravenclaw y un chico de Hufflepuff, pero no vi qué pasó con ellos, solo oí que querían intentarlo, aunque son menores de diecisiete. 

—Ya. Aunque no me agrade mucho Warrington, espero que salga él. Mejor un campeón de Slytherin. 

Harry asintió distraídamente. No vendría mal eso, quizá así la gente deje de creer que Slytherin solo tenía magos oscuros y no puede llamar la atención de otra forma que no sea negativa. 

—Aquí vienen...— avisó Theo.

Alzando la cabeza, vio a los gemelos Weasley entrando al comedor, sonriendo y con una mirada entre nerviosa y triunfal. Se acercaron a ellos, mostrándoles un pequeño vial que contenía, por lo que Harry suponía, la dichosa poción para envejecer. 

—La tenemos— le dijo Fred, emocionado.

—Unas gotas y será suficiente...— continuó George.

—Solo necesitamos ser unos meses más viejos.

—No creo que funcione— admitió Theo, divertido.

—¿Por qué no?— cuestionó Fred. 

—¿Creen que el profesor Dumbledore no pensó en eso?— preguntó Harry, dudoso. 

—No lo habrá hecho...

—Porque es tan simple y ridículo...

—Que seguramente funcionará.

Negando con la cabeza, Harry observó como Fred fue el primero en intentarlo, tomando la poción y acercándose a la línea de edad. 

—Eh... creo que alguien que pone nombres de dulces en sus contraseñas para su oficina sí pudo pensar en eso...— masculló Harry.

Muy tarde. 

Fred había proferido un grito de victoria cuando logró pasar la línea, y entonces se le unió George, y, como si la línea hubiera esperado tenerlos a los dos juntos, los mandó a volar lejos, por lo menos a tres metros de distancia de donde estaba el cáliz. 

Un pequeño sonido agudo fue la "señal" para que, a la par, ambos gemelos se vieran provistos de la misma barba blanca y larga, que consiguió las risas de todos los estudiantes que estaban en el comedor, incluyendo las de Fred y George. 

InsecurityWhere stories live. Discover now