Capítulo 4

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"Pociones y mentiras"

Sí, definitivamente no iba a quedar en buenos términos con sus compañeros, menos después de sentarse junto a Ron, pero, ¿qué más podía hacer? Era al único chico que conocía junto con Neville... bueno, que conocía y era su amigo. 

El profesor Snape comenzó por llamar la lista, Harry se encogió en su asiento cuando se le quedó mirando, Malfoy, Goyle y Crabbe rieron por lo bajo, pero el maestro no dijo nada y siguió hasta terminar con Zabini. 

El profesor tenía una extraña habilidad para lograr que todos permanecieran en silencio, nadie hablaba mientras él se mantenía recitando un discurso que parecía ensayado previamente por la seguridad con la que lo decía, aunque Harry pensaba que el profesor siempre hablaba de esa forma. 

Anotó lo que pudo, o más bien, lo que más le llamaba la atención, no había forma que lograra escribir tan rápido como para lograr anotarlo todo.

—Señor Potter— llamó el profesor, Harry levantó la vista de golpe, soltando de inmediato la pluma. —¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?

Harry se quedó helado, lo había leído en su libro, estaba seguro, pero no creía poder recordar lo que eso hacía. No miró a los ojos del maestro, sino que vio sus manos, estaban temblando.

Era Filtro de algo, ¿no? No era el Filtro de Amor, tampoco era el Filtro de Paz... ¿Era el Filtro de Muertos en Vida? ¡No recordaba!

—Me gustan las respuestas verbales, señor Potter— dijo Snape, el niño sufrió un violento escalofrío, volviendo a ver al profesor.

—No... no lo sé, señor— murmuró finalmente mientras alzaba la vista. 

Se obligó a sí mismo a no mirar a Malfoy y sus amigos, que se estaban riendo a viva voz de él, en cambio, trató de mantener la vista en el profesor, aunque el contacto visual le estaba poniendo demasiado nervioso, su tío Vernon le había dejado muy en claro que el contacto visual no podía ser bueno. 

—Si tiene una respuesta me gustaría escucharla, señor Potter— sentenció el profesor, Harry sintió ganas de llorar por el pánico, ¿por qué insistía si dijo que no lo sabía?

—Filtro de Muertos en vida... creo— murmuró lo último y tragó saliva, finalmente volviendo a mirar a la mesa.

—Bien... Ahora, si tiene la respuesta, quiero oírla en voz alta— siguió, Harry sabía que no había dejado de observarlo. —¿Qué es un bezoar y para qué sirve?

Harry quería chillar o golpearse la frente con la mesa, cualquiera le servía.

—Un bezoar...— masculló, trató de recordar lo que era, solo cuando creyó dar con la respuesta alzó la mirada. —Es una piedra que se encuentra en el estómago de una cabra, y sirve como antídoto para la mayoría de los venenos. 

Miró de reojo a Ron, quien estaba claramente sorprendido, pero le sonrió con aprobación. Malfoy y los demás ya no se reían.

—Correcto— quiso soltar un largo suspiro de alivio. —¿Cuál es la diferencia entre acónito y luparia?

—Es la misma planta, profesor— respondió de inmediato, eso sí lo recordaba perfectamente, había leído que sus hojas eran altamente tóxicas, pero sus flores y raíces son muy útiles en pociones, había prestado especial atención a esa sección cuando vio que algunas plantas venenosas eran, de hecho, muy comunes en los jardines, y quiso estar seguro de que en el de su tía no había ninguna.

—15 puntos para Slytherin— concedió el profesor, por fin dejando de verlo. —¿Qué están esperando? ¡Anótenlo!

Harry se ruborizó pero sonrió de forma leve, no podía creer que había logrado responder bien las preguntas.

InsecurityWhere stories live. Discover now