Capítulo 9

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"Sweet Union"

Grecia, Athenas – Santuario.

Junio, 19 de 1750

Sisyphus pasó la página lentamente del libro que sostenía en sus manos, curvando sus labios ligeramente divertido al notar que Ione volvía lanzarle otra mirada de reojo para después desviarla tímidamente, aunque ella parecía pensar que él no se daba cuenta de que llevaba alrededor de media hora haciendo eso... la verdad era que todo lo que ella hacia o decía él lo notaba inmediatamente.

Cuando volvió a mirarlo de reojo, esta vez él alzó la mirada para encontrar sus ojos exóticos con los suyos ocasionando que ella se sobresaltara y las suaves mejillas adquirieran un todo rojizo al ser atrapada observándolo encubierta. Riendo por lo bajo, dejó el pesado libro de cubierta azul a un lado dándole su atención exclusiva a la joven mujer sentada a su lado quien había ocultado su rostro tras los largos mechones castaño oscuro de modo que su rubor fuera escondido.

"¿Qué es lo que sucede?" preguntó cálidamente reposando su codo en el reposabrazos de la silla, apoyando al mismo tiempo la barbilla en su puño, su expresión abierta y curiosa sobre el peculiar comportamiento de su persona especial. "¿Hay algo de lo que quieras hablarme?"

"Pues..." ella dudó por un momento, mirándolo por debajo de sus pestañas aun sintiendo su rostro arder por ser captada espiándolo, pero lo que llevaba rumiando durante semanas finalmente acabó por ganar la batalla contra su timidez. "Me... me gustaría hacerle una petición... si no es un inconveniente, claro... no quisiera que esto se inmiscuyera en sus labores diarias..." parloteó, ligeramente nerviosa, ya que incluso ahora no estaba segura de si continuar con el plan que había formulado.

"¿Oh?" intrigado ladeó la cabeza, viéndola pelear con la indecisión de lo que fuera que ella quería decirle. Y ciertamente iba a ser interesante ya que hasta la fecha ella no había pedido nada, exceptuando que su hermana mayor fuera encontrada y traída de regreso cuando sucedió lo de los Santos Negros, pero aparte de eso la chica no había voluntariado ninguna necesidad personal. "Sea lo que sea que quieras pedir estoy seguro de que podremos encontrar la forma de hacerlo posible, pequeña" le dijo calmadamente, esperando pacientemente a que ella hablara.

"¿Me preguntaba si... si sería posible visitar Rodorio?" su voz fue baja, casi un susurro como si temiera que el simple hecho de decirlo en voz alta fuera a desencadenar un ataque o algo parecido.

El Sagitariano no movió ni un musculo al registrar la petición de ella, pero en su interior guerreaba dos reacciones fieramente; la primera, la de negarle rotundamente la salida del Santuario debido a que aún estaban siguiéndole la pista a la Vestal desaparecida por lo que eso significaba que la muchacha aun estaba en peligro y su pulso latía velozmente lleno de temor al pensar que alguien escondido en la sombras podía hacerle daño sin que el lo supiera, y la segunda, el de acceder inmediatamente a lo que ella quería pues hasta la fecha él no había sido capaz de negarle nada viendo que era raro las veces que ella voluntariamente pedía algo.

Una parte egoísta de él le gustaría tenerla encerrada en un lugar donde nadie pudiera hacerle daño, pero sabia que no era posible porque ella entonces seria una prisionera, otra vez un hermoso pajarillo encerrado en una jaula de oro.

Y él no tenia ningún deseo de ser su carcelero.

Por lo que tomando una honda respiración ponderó la situación con tanta calma como fue posible, balanceando los pros y los contras de permitir semejante excursión, aunque a la final llegó a la conclusión de que la verdadera respuesta no podía dársela él, por lo que reluctantemente habló.

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