P R O L O G O | 000

2.8K 242 23
                                    

始まり


—Levántate —ordenó con voz grave.

La chica hundió sus puños en la tierra. Todo su cuerpo gritaba que necesitaba parar, a penas podía mantenerse en esa posición sin que los brazos le fallaran y cayera de morros contra el terreno. ¿Cómo iba a levantarse? Aunque lo consiguiera no podría mantenerse en pie.

—He dicho que te levantates —repitió el hombre sin una pizca de piedad en su voz por la fémina que temblaba de dolor frente a él.

—No... —la chica tosió sintiendo como su garganta ardía al mismo tiempo que la sangre salía por su boca—. ... No puedo.

El hombre se agachó a su altura y la agarró de del mentón obligándola a mirarle.

—No me hagas perder el tiempo niña —advirtió haciendo más fuerza en su brusco agarre—. Tú rogaste que te entrenara. ¿Crees que llegaras a héroe así? No naciste para ser héroe. Si eres tan terca como para negarte a renunciar a tu estúpido sueño al menos demuestra esa terquedad luchando.

La pelinaranja apretó los ojos con fuerza. Su cabeza parecía querer explotar. Los diversos cortes en todo su cuerpo ardían como si, además de las aberturas en su piel, hubiera alguien echando sal en cada una de sus heridas. Respirar tambien le dolía, cada vez que intentaba llenar sus pulmones de aire sus costillas le recordaban la cantidad de patadas y puñetazos que había recibido en esa zona. Incluso el mismo movimiento que hacía al temblar de dolor hacía que sus adoloridos musculos sufrieran aún más.

—Duele... —susurró como pudo.

El mayor se mantuvo observandola sin ninguna expresión en su rostro, de esa forma fría y al mismo tiempo calmada que le caracterizaba. Tras unos segundos bufó y la soltó sin ninguna delicadeza. Sin poder aguantar más, la joven se desplomó sobre la tierra.

—Esto es inútil —murmuró el hombre mientras se marchaba dejando a la niña retorciendose de dolor bajo las gotas de lluvia que comenzaban a caer.

La chica observó la espalda del hombre alejarse bajo la lluvia y cerró los ojos tratando de imaginarse ese mismo lugar sin las manchas de su sangre que había por todas partes. Al menos la lluvia se encargaría de borrarlas. Aquel lugar era tan hermoso... Cada vez que Keiko entrenaba allí sentía que estaba profanado un lugar santo y lleno de paz con sus peleas y la sangre que derramaba.

. . .

Seguía lloviendo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Seguía lloviendo. Lo que antes era una pequeña llovizna se había convertido en una tormenta. La gente corría cubriéndose con lo que podía, un periodico, una chaqueta, un paraguas si tenían la suerte de tener uno...

La chica caminaba bajo la lluvia, lentamente, con la vista fija en los charcos que se formaban en el suelo y en el reflejo que mostraban de las luces de la ciudad en la noche. Las luces de Tokyo durante la noche la hacían una de las ciudades más hermosas del mundo. Incluso lloviendo esa belleza permanecía intacta. Pero Keiko odiaba la lluvia. Era muy deprimente.

𝐇𝐀𝐑𝐌𝐋𝐄𝐒𝐒  || BNHAWhere stories live. Discover now