𝐇𝐀𝐑𝐌𝐋𝐄𝐒𝐒 || BNHA

S E V E N T E E N | 17

泣いても大丈夫

Cuando era más pequeña la chica había deseado con todas sus fuerzas comprar el peluche de All Might que veía en el escaparate de la tienda de juguetes a la sálida del colegio. Sus padres estaban preocupados por la reciente insistencia de la chica por convertirse en héroe y creyeron que regalarle aquel peluche solo iba a empeorar aquella situación. La niña pasó todo el año escolar viendo aquel peluche al salir de la escuela deseando vehementemente tenerlo.

Hasta que su maestro se lo compró como premio por su esfuerzo. La felicidad de la chica cuando lo tuvo en sus manos fue imposible de medir. Cuando se espera algo con ansias y finalmente se obtiene la sensación de realización es insuperable. La pelinaranja esperaba sentir algo similar mientras miraba a los ojos a su oponente. Estaba allí de pie despues de pasar todas las pruebas pero... ¿Por qué no se sentía feliz de haberlo logrado?

—¡Inicien!

Ninguno de los dos atacó tras la señal. La chica simplemente comenzó a caminar sin prisa hasta plantarse en el centro del cuadrado. El bicolor la imitó hasta quedar a un par de metros de ella, mirándola con seriedad.

—¡Ambos se están mirando fijamente, hasta las gradas se nota la tensión! —grito Present Mic y luego se giró hacia la momia a su lado susurrando—. ¿Por qué no pelean?

—A mí no me preguntes.

Lo que pasaba por la mente del bicolor era todo un misterio para la chica. Pero en su mente las cosas estaban muy claras. No había forma de que ganara esa pelea pero deseaba con todas sus fuerzas demostrarle a su compañero que era digna de pelear contra él. Ella suspiró sacando las manos de sus bolsillos.

-Todoroki-kun, siendo honesta, se que no puedo ganar, no todavía. Eres cien veces mejor que yo. Pero no voy a ponertelo fácil, porque yo también quiero ser un héroe, quiero salvar a los demás —la chica esperó en silencio a que el chico respondiera pero el bicolor ni siquiera pestañeó.

Su mirada siempre había sido seria pero la mirada que tenía en ese momento estaba cargada de hostilidad y una determinación peligrosa. Solo por un segundo el bicolor se permitió mirar de reojo las gradas. La pelinaranja siguió su mirada hasta encontrarse con unas llamas deslumbrantes que resaltaban entre la multitud, unas llamas similares a las que había utilizado en su último encuentro. Algo había cambiado en el bicolor tras ese combate pero la chica aún podía encontrar en esos ojos heterocromáticos una mezcla de sentimientos confusos.

—Tú... ¿Estás sufriendo Todoroki-kun? —el chico apretó la mandíbula—. Si es así, yo quiero salvarte.

El bicolor dió un paso hacia atrás ligeramente incomodado. ¿Salvarle? ¿De qué? Ella ni siquiera lo sabía.

—No necesito que me salven —negó él alzando su brazo derecho apuntando hacia ella de lleno.

La chica se puso en posición. Eso no era lo que esperaba, no iba a usar su famoso ataque y congelar de nuevo medio estadio. Por un lado la chica agradeció profundamente no tener que enfrentar ese ataque pero el ataque que tuvo que enfrentar fue peor para ella. El hielo que el Todoroki mandó se convirtió en cuchillas afiladas. La pelinaranja sorteó ágilmente tantas cuchillas como pudo pero no logró evitar un par de ellas que cortaron un costado de su cuello y su brazo derecho.

La chica observo su brazo, la herida estaba desapareciendo velozmente. Llevó su mano a su cuello y enseguida sintió el líquido espeso colarse entre sus dedos. Estaba sangrando mucho en una zona complicada, aquello no era nada bueno.

—¡Parece que Todoroki Shoto ha conseguido herir a Ito Keiko con su primer ataque!

La chica corrió hacia el bicolor sin darle tiempo a atacar de nuevo y lanzó una patada al pecho del chico. El joven recibió la patada tambaleandose hacia atrás. La pelinaranja aprovecho el desequilibrio del joven para atestar un golpe y otro y otro más de los que el bicolor apenas podía defenderse. Ambos lo sabían muy bien, ella era mucho mejor en las peleas cuerpo a cuerpo.