En el Metro

La Promesa

Mi novia se fue de viaje por tres semanas para Europa como regalo de grado... Y lo último que me dijo en el aeropuerto fue "cuida a mi mama, recuerda que estará sola por favor, confió en ti". un mes antes mi suegra se había operado, ya estaba mejor pero aun requería ayuda para ciertas labores de la casa y yo como buen yerno le colaboraba en lo que podía. Mi nombre es Raúl, el otro día estaba compartiendo con la mama de mi novia, ella se llama Valentina, es una mujer muy bella, que se mantiene muy bien para su edad, tiene 47 años y es actriz aunque actualmente se tomó un breve receso laboral, para hacerse uno que otro retoque (se operó los senos) sinceramente no los necesitaba, y les voy a ser sincero mi suegra esta buenísima. 

El hecho es que estábamos en su casa y como yo tengo mucha confianza puesto que vivimos en el mismo edificio y con su hija tengo una relación de dos años más o menos, me pidió que la ayudara a cargar las bolsas del mercado, así lo hice y bueno aquí entre nos, proveche para echarme colirio en los ojos con su figura, estaba despampanante, como siempre, tenía un uniforme deportivo licra y franela muy ajustado, podía pasar toda la tarde observándola, por un momento me quede viéndola con deseo, pensé, no es apropiado pero ya era tarde, ella con una mirada cómplice, (me pillo) me dijo mientras dejaba ver sus atributos.

¿Y qué te parecen? ¿Me quedaron bien? Por favor dime tu opinión de hombre. (Girando para que la contemplara)

Pues... Cla... Cla... Claro... te quedaron hermosas

Yo siento que me quedaron muy bajas y duras, ¡ven tócalas!

P-P-Pero!!!

Ven tócalas... ¡no me digas que nunca has tocado unas Raúl!... Eso no te lo cree nadie, por Dios es lo mismo, ven yo soy como tu madre, deja la pena.

(Obviamente ella no sabe lo que dice... ¿madre mía? mamacita!!! ¿y ahora?)

Asentí con la cabeza sin emitir palabra alguna, levante la mano y mil cosas pasaron por mi cabeza, estaba allí, ¿tímido? ¿Entusiasmado? ¿Emocionado? ¿Impaciente? Pensé que no hacia lo correcto pero la carne es débil y más vale intentarlo que quedarse con las ganas, fue algo incomparable, de pronto ella se giró suavemente colocándose de espaldas a mí , dejándome su perfecto culo justo pegado a mi miembro que estaba comenzando a despertarse ante semejante monumento, ella se limitó a decir:

¡¡Tócame bien RAUL!! No soy tan vieja, tócame Como si fuera mi hija. (Tomo mis dos manos, las coloco alrededor de su cuerpo para llegar a sus senos)

¿Así te parece más cómodo Raúl? ¡Vamos apriétalas un poco!

¿Segura?

Tranquilo, deja la pena, ¡no me duelen! Y aquí no tienes a nadie viendo.

Eso era lo que necesitaba saber, allí estaba yo, a solas en la sala de la casa, tocándole las tetas a la mama de mi novia, su hija de viaje y yo con una erección a punto de romper mis pantalones, agarre confianza, y apreté sus senos redondos, perfectos, tersos, ligeramente hice viarios movimientos circulares y ella dejo escapar un gemido tenue. "¡¡¡Ahhh!!! ¿Soy yo o está haciendo calor?" Me limite a hacer caso omiso de sus palabras mientras continuaba mi turismo sexual, pude sentir como sus pezones respondían a mis mangoneos endureciéndose rápidamente, ella simplemente se dejó hacer, sentí mi miembro ya erecto rozar su ajustada licra y aun así, no hizo nada por retirarse , era el momento adecuado, deje deslizar mi mano derecha hacia su cintura mientras con la izquierda seguía sobando sus turgentes y perfecto pechos, pensé (se debe sentir mejor a la piel) metí mi mano dentro de su camisa tocando ligeramente su abdomen, subiendo poco a poco por su escultural figura, llegue a la parte inferior de sus firmes senos, los cuales al sentir, toque suavemente, luego con más firmeza, pellizque sus pezones, ella solo respiraba agitada, levanto su mano para agarrarme por el cabello , yo me deleitaba presionando su cintura hacia mi cuerpo mientras me dedique a besar su cuello.

Ohhh Raúl, esto no es correcto.

Tshhhh

Ahhh dios mío, eres un niño malo, (se giró y quedo frente a mi observándome fijamente con esos ojos color embrujo) te deseaba desde hace tiempo.

La tome por las nalgas fuertemente y mordí sus labios, coloque una de mis manos dentro de su licra buscando su sexo, húmedo, caliente, palpitante y su cintura sugería que buscara más y más, su vagina embriagante me llamaba a gritos, mientras olvidaba sumido en su divina estampa que estaba saboreando el cuerpo de mi suegra. 

Baje su licra ferozmente, la coloque en la mesa del comedor y me dispuse a probar su monte de venus, coloque mi cara en su clítoris iluminado, la sentí, lo lamí, lo chupe, su cadera giraba al compás de un ritmo delicioso, nunca antes había disfrutado de una experiencia igual, ni siquiera con su hija. Me dijo entre gemidos – "mete tu dedo en mi culito" y así lo hice, ya era su esclavo y haría lo que me ordenara, moje mis dedos con sus jugos vaginales y los pase por la rajita de su apretado culo, delicado , rosadito, apretadito, mientras me comía su coño, ella se movía más y más rápido, su vagina comenzó a convulsionar, (Dios me acuerdo y me excito de nuevo), me tomo por los hombros mientras soltaba alaridos ahogados en placer, baño mi cara con sus jugos y probé todo su néctar. La ingenua aventura, se había convertido en una acción desmesurada de frenéticos vaivenes , gemidos y manoseos, que hacían valer la pena cada gota de sudor y líquido que salía de nuestros cuerpos, de tan solo tenerla en mis manos sentía un inexplicable escalofrió por la espalda, yo temblaba, mientras ella arrodillada ante mí, saboreaba la calidez de mi miembro erecto muy dentro de su boca, podía ver como por sus piernas corrían los jugos de su vagina exhausta y acabada, atrás quedaron los prejuicios, nos entregamos a la delicia de orgasmos inolvidables, entre deseos y gemidos.

La levante por el pelo y observándola a los ojos me dijo : "Cógeme, Cógeme hasta el cansancio" contemple al fin, la oportunidad de cumplir mi fantasía... era hora de hacerla mía, mi miembro rosaba esa suculenta vagina, la voltee sobre la mesa, apretando sus nalgas, las abrí un poco para tener una mejor visión y de este modo introducir mi miembro lentamente mientras conocía más profundamente a mi suegra, ella solo me decía "dámelo todo, lo quiero todo" como disfrutaba su sexo palpitante al tener mi pene dentro de ella, explotaba de placer, aumentando y disminuyendo la velocidad y al no poder aguantar más, ambos llegamos al clímax en un grito de placer y dolor, explotando al unísono pronunciando el nombre del creador, nunca antes experimente placer parecido, se quedara en mi memoria para siempre.

 Desde entonces, mi suegra hace mercado cada dos semanas, y yo como buen yerno la ayudo y así no falto a la promesa que le hice a mi novia.