Amistosa Tentación

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Era un Martes como cualquier otro, a las 7 pm cuando llegue a mi casa agotada, dispuesta a quitarme el uniforme del trabajo para disfrutar de una ducha caliente después de tanto stress, en ese preciso instante suena mi celular; era él, mi mejor amigo, ese que puede perderse, días, meses e incluso años y basta con verlo a los ojos para saber que todo sigue igual, respondí solo para decirle:


- ¡Caramba! ¿A qué debo el honor?


- ¡Señorita! Estoy cerca, ¿puedo visitarla?


- Faltaba menos, usted siempre es bienvenido. ¿En cuánto tiempo llegas?


- en 5 minutos.- Te espero- Ok


Colgué y decidí ducharme rápidamente, desde que recuerdo, nuestras conversaciones siempre han sido entretenidas, hablábamos de lo que habíamos hecho durante nuestras ausencias y tendíamos a hacernos comentarios jocosos, divertidos y algunas veces eróticos.


Termine de ducharme y me puse un pijama corto de faldita, bien coqueto, lo suficientemente cómodo para revelar que no llevaba brasier, justo después llego él, alto, moreno, divino, uff con una de esas playeras que resaltaba su atlética figura, sujetando en sus manos mi helado favorito y dos películas, definitivamente era lo que yo quería, nos sentamos en la sala, conversamos un buen rato, una que otra vez nos tocábamos las manos muy suavemente y a veces se desarrollaba un ambiente muy sensual, cada vez que nuestras manos se encontraban una corriente recorría mi cuerpo, mientras que notaba como este hombre me comía con la mirada, la conversación continuo con respecto a eso o tonterías que no recuerdo, en fin, nos colocamos en el sofá y comenzamos a ver la película, me recosté en su hombro mientras, él me tocaba suavemente en el cabello subiendo y bajando por mi brazo, el tiempo paso rápido. 


Continuamos hablando, entre preguntas, respuestas, risas y toqueteos. Se hicieron las 11 de la noche, yo a veces me levantaba del sofá para traer algo de la cocina para los dos, momento que el aprovechaba para mirarme descaradamente sin emitir palabra alguna, "Me encantaba ver cómo me deseaba".

De algún modo mi subconsciente me jugaba tretas, el pensamiento de tener a ese hombre en mi casa me tenía acelerada, me levante a buscar un poco de helado en la cocina, cuando sin percatarme él ya estaba detrás de mí, me abrazo de espaldas suavemente y apretó su cuerpo contra el mío, el helado quedo entre mis senos, motivo para hacer que mis pezones se levantaran instintivamente avisando lo que vendría, era maravilloso sentir su virilidad estremecer todo mi cuerpo, eso fue suficiente para que me mojara completamente, sin pedir permiso bajo las tiras de mi vestido dejando mis pechos libres, los acaricio a placer, mientras humedecía con sus dedos el helado para hacerlo formar parte de la amistosa tentación, lleno mis pechos de helado, luego mi boca mientras seductoramente besaba mi cuello, ya yo no podía pensar, solo sentir vibrando mi cuerpo de deseo, me dio media vuelta y nos besamos apasionadamente, jamás sentiré el sabor del chocolate tan delicioso, al mismo tiempo mi vestido caía al piso junto a lo que quedaba del helado, dejándole libre el paso a hacerme lo que le diera la gana, su hombría se sentía enorme a través del jean y enloquecí al sentirlo, se quitó la camiseta, lo ayude a desabrocharse el pantalón y a quitarle el bóxer mientras que el succionaba uno de mis senos, acaricie su pene, duro, divino, y casi mío.



Bajó suavemente recorriendo con sus labios todo mi cuerpo, me quito mi ropa íntima poco a poco y rozaba con sus manos ¡¡¡DIOS QUE MANOS!!! El fruto del deseo húmedo que ya esperaba su divina visita, me tomo por las nalgas, me cargo en sus brazos grandes y fuertes, abriendo así mis piernas alrededor de su cuerpo, permitiéndome la mejor cabalgata que podía imaginar, él me estaba llevando al mesón de la cocina, donde se disponía a jugar con mis senos turgentes, mientras yo le acariciaba el cabello en una excitación inminente, ansiosa, ya no aguantaba más el deseo, y me dedique a disfrutar el placer de una divina penetración.


Me tomo por las caderas, ya estaba saboreando lo que vendría, se quedó ahí no sé cuánto tiempo, como le encantaba hacerme sufrir, ¿Qué rayos estaba esperando? Lo quería ya dentro de mí, me pregunto

 -¿te gusta? 

Ya no aguanto, con mi dulce voz entre gemidos- hazlo o me volveré loca 

De repente arremetió contra mí y me la metió hasta el fondo oh por dios! Con solo acordarme de esa noche me pongo mojadita, mi cuerpo se estremeció al sentir su miembro enorme entrando una y otra vez, Ya yo estaba gritando ese momento sentía un fuego recorrer todo mi cuerpo, y se me escapo un gran gemido, mordisqueando mis pezones, yo solo apretaba sus brazos, tenía la mente nublada él se movía fuerte y yo solo quería más y más, yo gemía como loca me hizo gritar de placer, apenas podía respirar, ese orgasmo fue tan largo que me dio miedo, mientras el llenaba mi vagina de su semen caliente, ya Habíamos terminado se quedó ahí un rato y salió, yo me quede satisfecha en su hombro, Luego me beso tiernamente... Me susurro al oído

• Estas preciosa!!


Minutos después estábamos en la sala sentados con unos ligeros escalofríos que hicieron que el decidiera marcharse a casa, sin mediar palabra alguna y esperando otra visita, cómplice del éxtasis de esa amistosa tentación, esa noche con mi mejor amigo.

En el MetroWhere stories live. Discover now