IidaBaku

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¡Feliz año nuevo mis niños! Mejor tarde que nunca jsjsjsj

Hoy capítulo soft de los que les gustan, ya dejaremos la llorería para otro día. Por cierto, ¡Tenemos portada nueva!

Espero que sea un buen año para todos y logren todo lo que se propongan.

Los quiere, su autora <3

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Era un día normal en la vida de Bakugou Katsuki, su ventana estaba abierta, dejando entrar suaves corrientes de aire para que el olor dulce de la nitroglicerina no se acumulara en su habitación. Estaba sentado frente a su escritorio, terminando con los deberes que le habían dejado para la semana, recién era martes, pero no quería atrasarse con nada.

Su cabeza estaba recargada contra su palma izquierda y sus gafas de lectura descansaban suavemente sobre el puente de su nariz, su mano derecha se deslizaba con lentitud por la hoja blanca de su cuaderno, anotando las respuestas de las preguntas en una impecable caligrafía. Su rostro estaba relajado y mordía su labio inferior de manera inconsciente por la concentración.

Unos golpes en la puerta lo sobresaltaron, provocando que casi arruinara por completo sus apuntes, por suerte detuvo su mano a tan solo un centímetro de que entrara en contacto con la hoja. Un suspiro de alivio escapo de sus labios y se giro hacia la entrada de su habitación, tomando la mueca enojada de siempre, sintiéndose confuso de quien podía ser.

Su grupo de amigos jamás golpeaban la puerta y sus compañeros no se atrevían a molestarlo en sus momentos de descanso, generalmente cuando querían algo solían pedírselo a Kirishima y él le transmitía el mensaje, por lo que era totalmente desconocido quién era la persona que golpeaba.

Se levantó de su silla con lentitud, sintiendo sus piernas adormecidas por el tiempo que llevaba en la misma posición, dio un leve bostezo, depositó sus gafas de lectura en la superficie de madera y caminó hacía la puerta mientras se estiraba ligeramente, tal vez llevaba unas tres horas en los deberes y no se había dado ni cuenta.

Tomó el pomo de la puerta y la abrió con suavidad, levantando las cejas con sorpresa al ver a la persona que esperaba pacientemente, aunque su mueca prontamente se lleno de confusión, sin entender que hacía el presidente de la clase afuera de su cuarto un martes a las ocho de la tarde.

-Bakugou- Saludó el chico de manera educada, dando una ligera inclinación de su cuerpo en señal de respeto- Sé que no es algo normal, pero venía a ver si puedes ayudarme con los deberes, la parte final es algo que no puedo entender- Habló con formalidad y con esos movimientos de mano tan raros que tenía.

Katsuki se lo planteó por un momento, al salir de su estado de concentración fue capaz de percatarse que su cabeza dolía y su estómago estaba reclamando por comida, pero ver a Iida pidiendo ayuda era algo que le causaba mucha intriga, además que solía ser bastante grosero con el chico de lentes, por lo que le sentaba un poco mal negarse a aquella petición.

Con un suspiro de cansancio retrocedió un par de pasos y abrió su puerta por completo, dejando que el chico ingresará a su habitación, observando con diversión como su cabeza se movía hacía todos lados, parecía un cachorro.

Volver a la silla de su escritorio sonaba como una tortura en esos momentos, así que se sentó en su cama, palmeando a su lado para que Iida se acercara con confianza. El pelinegro se tomó su tiempo, pero finalmente terminó por hacerle caso.

- ¿En dónde te pierdes? -Cuestionó de forma tranquila, esperando a que el presidente le indicará para comenzar con la explicación.

Alrededor de una hora había pasado desde ese momento e Iida estaba terminado de anotar en su libreta sus respuestas, a la par que le explicaba a Bakugou su razonamiento, todo esto mientras el rubio estaba inclinado ligeramente hacia él, casi recostándose contra su brazo.

Bakugou Pasivo •One Shots•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora