promise ; seongsang

capítulo dos, roto.

Roto.

"Devuélveme mis ilusiones,

mis sueños y la vida que te llevaste,

dejándome agonizante,

vacío, sin aliento,

sumido en tristezas,

sin esperanza,

en la agonía, en la hora final.

Los ojos de luz opacada,

marchitando la mirada descarriada,

marcando las ojeras que deja el sueño

entrecortado y tormentoso

que me suceden en las noches

al no dejar de pensar en ti."

K.Y

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Acababa de terminar de escribir aquel poema. Así era como se sentía hoy... Cansado, roto, solo...

Había estado todo el día buscando a Seonghwa. Se había recorrido el instituto de principio a fin, desde la clase del mayor a la biblioteca y hasta en los mismos baños. Pero nada, parecía como que aquellas palabras que dijo ayer se habían perdido. Como si ya no tuviesen sentido.

Suspiró apagando el ordenador, y salió de la habitación yendo a la cocina. Aunque fuese una tontería lo que iba a cenar, tenía que preparárselo él solito. Sacó un simple razón de ramen instantáneo y se lo preparó. Puso la televisión para simplemente, escuchar algo de fondo. La casa estaba sola, e incluso algo oscura. La única sala que tenía luz era la cocina y un poco el salón debido a la televisión.

Se dejó caer en el sofá después de dejar aquel tazón en la mesa, junto con un vaso de té frío de melocotón. Mientras miraba un programa cualquiera, comía en silencio. Por una parte estaba nada más que pensando en Seonghwa. ¿De verdad le había abandonado después de todas aquellas bonitas palabras? ¿Tendría acaso que esperar hasta las 12 para recibir un mensaje? ¿Le explicaría sus dudas?

Y así paso el tiempo que tardó en cenar, sin dejar de ser un completo mar de dudas. Decidió simplemente ducharse, quizás así se aclararía, e incluso podría pegar ojo. Se desprendió de su ropa y se introdujo en la ducha, y con el mismo agua fría, se duchó. Parecía que ni siquiera sentía la temperatura del agua, pues estaba sumergido en sus dudas. Ni siquiera aquella lluvia que le caía encima disolvía sus dudas. Había confiado tanto en aquel pelinegro...

[. . .]

Las horas habían pasado, y las agujas del reloj ya marcaban media noche. La mirada del chico estaba centrada en su mando de control, estaba pilotando su querido dron hasta que, el teléfono sonó.

Lo volteó y miró la pantalla.

'Park Seonghwa'

Y ahí estaba, al parecer si que debía esperar a las 12. Dejó lo que estaba haciendo y se tumbó en la cama. Miró el mensaje que venía adjunto con el vídeo 'R • Roto'

Se preparó mentalmente antes de darme al play. Espero unos segundos a que se descargase por completo y le dió.

'Hola Yeosang. Sé por mis compañeros de clase que has estado buscándome. Hoy no fui a clase, estaba un poco enfermo. La migraña me estaba matando esta mañana. Pero no me busques. Solo hazlo cuando yo te diga. Aunque insistas no dejaré que me veas."

"No, no te creas que voy a dejarte solo. Que ni se te cruce esa idea por la cabeza, y si lo ha hecho ya la puedes borrar. Bueno, para que no pienses más eso. Te dejaré los vídeos a las 12 de la noche de cada día."

"Hablando ahora de la situación. He leído tu poema, Yeosang. Es hermoso, y tan duro. Hermoso, porque escribes como un dios y duro, por la situación y lo que expresa."

"Me duele saber que estás roto, me duele saberlo. Sé que también es tonto de mi parte el no dejarte que en veas, porque yo querría abrazarte y decirte que no estás solo. Pero he tomado la decisión de no dejar que me veas, porque... Quiero que esto sea diferente. Aún así, estoy junto a ti. Ya te lo dije, si necesitas algo ya sabes que puedes escribirme o llamarme."

"Yeosang, estaré todos los días leyendo tu blog, leyendo tus poemas y tendrás mi vídeo, lo prometo. Ahora, no quiero que estés roto, no quiero que seas como una muñeca de porcelana que ha caído al suelo. No quiero que estés roto en mil pedazos. Aunque sea duro quiero que sonrías. No dejes que esto te derribe, te rompa. Porque eres fuerte. Porque eres Kang Yeosang."

Y de nuevo estaba llorando. ¿Cómo podía aquel chico entender sus manera de sentirse tan solo leyendo el poema? ¿Cómo le conocía tan bien? ¿Cómo sabía como se sentía? Era como si estuviese allí mismo, o como si estuviesen conectados por algún tipo de hilo... Ya estaba hasta delirando.

Dejó el móvil en la cama mientras iba a lavarse la cara y a echarse algo de crema. Quería encontrarse mejor para mañana, y que los recuerdos no volviesen a destruirle, a romperle.

Se tiró en la cama y se cubrió con las sábanas, abrazando un pequeño peluche de osito que tenía, pero sintió algo en su espalda. El teléfono.

Lo tomó y miró la pantalla bloqueada en silencio. la encendió y se quedó mirando el chat, y por primera vez, tras tanto tiempo de tener el número del chico, escribió una respuesta.

"Gracias."