XIV

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Namjoon cerró su camioneta suavemente cuando estaba estacionado fuera del orfanato donde hace días, habían ido a retirar a su niño, cuál iban a adoptar.

Sentía culpa por su acción. Sobre todo cuando al irse miro por la ventana los ojitos ilusionados del pequeño Jihoon esperando por su nueva familia. Un niño de 4 años bastante inteligente.

—Con permiso. - dijo Namjoon abriendo las puertas de vidrio al entrar, topando con la recepción colorida, con la ventana que dejaba ver el jardín donde todos los huérfanos corrían.

Namjoon, venía específicamente a la sección de niños con sida. Donde uno de cada veinte niños, era adoptado.

—vamos, te acompaño. Seokjin me contó que el otro día tuvieron un inconveniente y no pudieron firmar. Fue una lástima. El pequeño Jihoon se veía de ilusionado, a muy triste porque creyó que ya no lo querían.

Namjoon trago saliva escuchando a la pequeña Lia hablar mientras caminaban. Pasaron por el pasillo del jardín, niños miraban curiosos a Nam, otros que ya habían hablado con él se acercaban corriendo.

—¡tío Nam! ¿Viene a buscar a Jihoon?

La pequeña Jennie le preguntó, sonriendo mientras jugaba con los bordes de su bonito y gastado vestido a cuadros rojo. Jihoon era muy amigo de la pequeña. Lia por su parte, sonrió tomando la manito de Jennie para que los acompañe.

—Así es pequeñita, ya firmamos los papeles así que vengo a buscarlo para llevarlo a su nuevo hogar.

Lia sonrió al imaginar al pequeño feliz con su nueva familia, escuchando atenta a Namjoon. Jennie caminaba mirando de reojo al alto señor Nam.

—¿ya no podremos jugar con él? ¡es como mi hermano!

—Bueno, querida Jennie... nunca se sabe. A veces, los padres de los niños deciden no volver. Otros, visitan el orfanato y dejan que sus hijos jueguen un par de veces con los niños del lugar. Sobre todo con los más grandes. —explicó Lia.

—Ahh, ¿los mayores de 8 años? - dijo la pequeña, mostrando siete dedos en sus palmas.

—Así es, querida.
Le contesto Lia, tomando su mano para levantar un dedo más. Jennie soltó una risa y ya habían llegado a él sector de los pequeños con Sida.

Namjoon suspiró.

Padres que tenían relaciones sexuales, generalmente prostitutas de escasos recursos que se pegaban enfermedades de transmisión sexual y quedaban embarazadas. Con la penalización del aborto no podían hacer más que traer al mundo a esas criaturas, y dejarlas en un orfanato para que tengan la vida que ellas no le podían dar. Lo triste era que pocos de esos niños eran queridos, por tener sida desde tan pequeños... aunque eran controlados con médico constante, desde muy pequeños para aplazar su periodo de vida, y mantenerlos sanos.

Namjoon y sus dos acompañantes ya estaban en la habitación 3, donde habían dos tri-camarotes, tres niños dormían en cada cama, los más grandes arriba.

Jennie se adelantó y corrió a abrazar al pequeño Jihoon quien jugaba con otro niño a las muñecas.

—¡Jennie, señor Nam, Lia!

Jihoon y Jennie se acercaron a los más grandes, abrazando sus piernas juntos. Nam soltó una suave risa tomando al niño en brazos, él solo pudo sonreír abrazando el cuello del gran y alto señor.

—Vengo a buscarte para ir a tu nueva casita, Jihoon. Con tus nuevos papis.

Dijo Nam sonriendo. Dejó al niño en el suelo, y él soltó un chillido emocionado, tomando las manitos de Jennie para saltar juntos.

—¡tengo una familia! - rápidamente el niño corrió a tomar su bolso de tela. Guardó adentro sus pequeñas sandalias para cuando no usaba los zapatos, un par de calcetas, su otra polera y sus jeans de repuesto. Colgó la mochila en su espalda y volvió de brazos abiertos con Nam y Lia, tomando la mano de Jennie.

—¡estoy listo Namjoon hyung!

Nam sonrió, esperando que se despida de la pequeña Jennie y le prometa a esta que volverá a verla y encontrará su familia. Se despidió dando muchos besitos en las mejillas a su tía Lia, Jennie se fue corriendo a pasos cortitos a su habitación donde estaban las niñas, y Lia, Jihoon y Nam caminaron hacia afuera.

Cuando estaban por irse, la pequeña Lia comenzó a llorar. Jihoon la consoló diciendo que la vendría a ver también, y la joven de 20 años solo le acarició las mejillas. Era voluntaria desde los 16, le tenía mucho cariño a esos niños.

Nam cargo la mochila del niño y lo llevó de la mano hacia el auto, donde le tenía su silla especial para el viaje.

Colocaron una canción del agrado de ambos y entre risas y el corazón brillante del pequeño niño,  partieron a casa en busca de una nueva aventura y el amor de familia junto a papá Jin.



hola, ¿me extrañaron? apuesto a que no haha, pero en fin. Puede que elimine esta wea, ya no me gusta mucho.


muslos. ||JinNam.Where stories live. Discover now