Ningún personaje me pertenece todos son creación de Kishimoto-sama yo solo los utilizo para darle vida a esta historia.
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—Deberías volver, Sasuke— Kakashi hablo cansado, cansado de verlo ahí sentado sin hacer nada solo observando el techo fijamente, y aunque al principio había agradecido la compañía al final, el aura oscura del azabache había logrado deprimirlo —Lárgate, ahora comienzas a asustarme— pidió amablemente, mientras se encogía.
—No, puedo ella me odia— soltó de golpe.
—Con que era eso— el peliplata se levantó —Debiste empezar por ahí, realmente creí que ibas a matarme—de a poco aquella pesada atmosfera abandono la habitación.
—Algún consejo— Bastante asombrado por la petición de su alumno, Kakashi le tomo el hombro.
Sasuke, lo miro con aquella mirada extraña, como si estuviera más muerto que vivo, Kakashi tuvo el instinto de correr pero se forzó a permanecer a su lado, por primera vez alguien tan duro como Sasuke le estaba pidiendo ayuda y no iba a defraudarlo.
—Esfuérzate...— la mirada oscura lo hizo sentir escalofríos —No digo, que no lo hagas justo ahora, no me mal entiendas— una gota de sudor surco su frente —Para recibir, amor debes de dar amor — algo así había leído en un libro así que podía funcionar —Debes consiéntela, a las mujeres les gusta eso, cómprale algún detalle, caro bastante lujoso — Kakashi pareció pensárselo y se tomó la barbilla —Ahora, que lo pienso Hinata, no esa clase de chica, algo simple, entre más tonto mejor— agrego sabiondo.
—Un detalle simple, algo bastante tonto— repitió Sasuke, como si estuviera intentando descifrar aquellas palabras —Te debo una— admitió, mientras se ponía de pie.
Una vez solo, hablo —Solo, no vuelvas a venir—
[...
Hinata dio mil vueltas antes de caer rendida en el soporte de la escalera, miró de nueva cuenta el reloj que reposaba en la amplia pared, indicándole que solo faltaban 15 minutos para marcar las 11.
—Ya es tarde— se quejó, extrañada pues aun en su indiferencia el moreno siempre se había encargado de llegar temprano a casa, accediendo a misiones sencillas aunque no fueran sus favoritas.
¨Sasuke había llegado a su límite¨ aquel pensamiento logro erizar su piel.
Era lógico y no podría quejarse después de todo ella se había encargado de alejarlo de manera abrupta negándose desde un principio a crear nuevos lazos. Kurenai se lo había advertido, y justo ahora cuando la ausencia del moreno era tan evidente, no podía evitar sentirse perdida, incompleta.
