16.0

4.3K 587 151
                                    

EL CORAZÓN ROTO

-Bom dia,- una odiosa mujer sonriente me da la bienvenida en el aeropuerto.- Bem-vindo ao Río de Janeiro. 

Estoy de vuelta en Río y ni siquiera sé cómo pasó. Empecé a beber justo después de encontrar esa estúpida nota de la que no me quiero acordar. Mi estómago hace ruidos intentando decirme que necesito comida pero no planeo prestarles atención. Necesito más alcohol. Nada más.

Di un traspié en mi camino hacia el taxi. Nada en esta ciudad se siente bien hoy. El mismo tipo que me dio el auto que me llevó la primera vez está aquí. Pero no soporto los recuerdos que me está trayendo en estos momentos.

De alguna manera me apañé para ir a mi habitación del hotel. Cerré las ventanas porque ahora no quiero más que oscuridad. Elegí una lista de reproducción cualquiera de mi iPod, metí algo de vodka en un vaso, y continué ahogándome en mi sufrimiento. ¿Por qué me siento triste? No estoy triste. Estoy enojado porque dejé que un imbécil me haga ver ridículo, estoy seguro de que no dejaré que pase de nuevo.

Todo lo que necesito ahora es vaciar mi mente. No debería ser tan difícil de hacer. Como tampoco debería ser tan difícil volver mi vida a como siempre ha sido. No sé por qué razón estoy malhumorado ahora. Las canciones empiezan a hacerme sentir mejor y el vodka también está ayudándome bastante. Estoy disfrutando algo mi soledad, cuando unos insistentes golpes en la puerta me interrumpen.

-Abre la puerta,- se escucha la voz demandante de la modelo.- Sé que estás ahí. Puedo escuchar la música.- sigue tocando molestamente.- Dale.

-¡Vete! 

-No me iré a ningún lado.- sigue golpeando.- Será mejor que me abras ya porque soy muy persuasiva.

-Quiero estar solo.- busqué una excusa.- Estoy con alguien aquí.

-Mentira, no estás con nadie.- se ríe.- Buen intento.

-No quiero verte,- le grité aún más fuerte.- Tú hiciste que esto pasara.

-Harry..- suspira.- ¿Puedes abrir la puerta?- no me molesté en contestar.- Compré tortillas.- dice, y con la mención de la comida, mi estómago decide volver a hacer ruidos.- Dios mío, esto está tan bueno,- habla con la boca llena.- El queso. Desearía que pudieras probarlo.

-Dame comida.- digo mientras abro la puerta.- No, tú te quedas ahí. Sólo pasa la comida.

-Lo que sea.- me empuja para entrar en el cuarto.- Ven aquí.- abre sus brazos.

-¿Qué quieres?- levanté una ceja.

-Abrázame.

-No voy a abrazarte.- rodé los ojos y tomé una tortilla de su bolsa.

-Entonces, te abrazaré yo.- me abraza realmente fuerte por la espalda- Éste bebé necesita un abrazo.- frota su rostro con mi espalda, e incluso si siento que me da risa, no lo hago porque estoy demasiado ocupado llenando mi boca de queso y tocino.

-Me estás molestando.- murmuré.

-¿Qué quieres hacer?- pregunta mientras abre su bolso.- Traje mi portátil para ver varias películas, chocolate y,- baja la voz.- Algún que otro porro también. 

 -¿Dónde lo conseguiste?

-Un mago nunca revela sus trucos.- me guiña el ojo.- Pero hueles a licor así que no lo vamos a mezclar con esto. Lo dejaremos para después.

-Como sea,- caminé hacia el freezer y saqué una cerveza.- Salgamos. Siento ganas de bailar.

-No, no sientes ganas de eso.

World Cup - larry stylinson a.u - EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora