2.0

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Nunca había visto un aeropuerto tan lleno de gente como este lo está ahora. Todo el mundo es muy ruidoso y la mezcla de idiomas es realmente asombrosa. Puedes ver gente de todos lados del mundo usando las camisetas de su propia selección, excepto yo. Debería conseguirme una.

Observé algunos chicos guapos mientras camino al lugar donde tendría que conseguir un auto. Empujé a varias personas en el camino antes de finalmente llegar al mostrador,- Hola.- Parece que el tipo gordo detrás del mostrador habla Inglés.

-Vamos a suponer que necesitas un auto.- Habla con un raro acento.

-Supones bien, trato de llegar a Ipanema.

-Como puedes ver, estamos superando la capacidad en este momento.- Me dio malas noticias.- El próximo auto va a estar disponible en, al menos, una hora y media.

-Mierda.- Solté una maldición.- ¿Otro lugar donde pueda conseguir un auto de manera rápida?

-Siempre puedes tomar un taxi afuera, pero yo no lo recomendaría.

Suspiro.- Bueno, esperaré.

-Le di el último auto a ese chico.- Señala a nuestra derecha.- Puedes sino tratar de compartirlo con él. Está solo.

-Oh.- Me di la vuelta para mirar al chico mencionado. Si tenía alguna esperanza antes, se esfumaron.

-¿Qué miras?- Sonríe el turista. Mierda.

- Eh amigo,- El tipo lo llama.- Este chico necesita viajar, ustedes están los dos solos, ¿Te importaría compartirlo?

-No, está bien, esperaré por el siguiente auto.- Contesté lo más pronto que pude.

- Déjame pensarlo.- El turista me mira de pies a cabeza.- Sí, supongo que podemos compartir.

-No, dije que está bien. Voy a tener el próximo auto.- Lo ignoré girándome hacia el brasilero.

- ¿Estás seguro? Dos horas.

- Fica tranquilo.- El turista habla portugués,- Él vendrá conmigo. Nos conocemos.

- Beleza.- Dice el tipo y por el tono que usó supongo que significaba algo como ‘genial’.

- La historia está cambiando, ¿eh, homo?

- No me vuelvas a llamar así.- No parecía importarle.- Hablo en serio.

- ¿Quién lo hubiera pensado? Soy yo el que te ha salvado después de todo.

- No me molestaba esperar.- Contesté con mal tono.

- Pero el sol sigue ahí arriba, compañero. No te vas a perder la oportunidad de a la playa y observar a  las chicas. Imagínalo, brasileras calientes usando bikinis. ¿Esas son el tipo de cosas que te gustan, no? Tetas y curvas.- Se rió.

Lo ignoré y seguimos al tipo para que nos entregue el auto.

- Dilo. Dilo fuerte y claro para que lo pueda escuchar.

- ¿De qué hablas?- Rodé los ojos.

- Ya lo sabes, vamos, dilo. Supongo que tu madre te enseñó bien.

- Me perdí.

- Las palabras mágicas, vamos.- Él se veía demasiado feliz, ya tenía ganas de pegarle.

- ¿Abracadabra?

- Gracias, imbécil. –Chilló.- Gracias por compartir tu viaje conmigo.

- Simplemente voy a volver al mostrador,-Me di la vuelta- No tengo tiempo para esto.

World Cup - larry stylinson a.u - EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora