53.
Jimin estuvo todo el día ocupado atendiendo a los ancianos de la comunidad que siempre venían por dolores en sus articulaciones. Generalmente sólo les daba unas cuantas vitaminas, les recomendaba caminar regularmente y comer lo más saludable posible. A otros simplemente les revisaba para verificar que todo estuviese en orden, porque a veces la mayoría de las mujeres ancianas le buscaban para conversar con él, en especial la señora Daewoos, una señora que debía tener más de ochenta años y le halaba las mejillas como si se tratasen de plastilina, cómo se encontraba haciendo en ese momento.
—¡Eres tan adorable, cariño! —le decía la señora con una sonrisa tan grande que sus ojos rasgados se cerraban por completo—. Eres el joven más bello de todos, y sin mencionar que tienes una niña muy hermosa. Gracias por tu ayuda, Jimin —el joven también le sonrió, y al igual que le sucedía a ella, sus ojos se cerraron casi por completo por el gesto.
—No se preocupe, señora Daewoos. Cualquier cosa que necesite, no dude en buscarme —respondió Jimin antes de hacer una corta venia en despedida hacia la mujer, quien se retiró de la enfermería elogiando al joven médico.
Jimin finalmente alistó sus cosas antes de salir de su turno e ir directamente hacia la casa de Joohyun, en donde sabía, se encontraba también Jade. Sonrió al encontrar a ambas jugar con muñecas en el porche y, Jade al verlo no dudó en correr hacia sus brazos: —¡Aaha! —le saludó la niña y el joven dejó varios besos sobre aquellas mejillas regordetas.
—Espero que te hayas portado bien, amor —le dijo a la niña al mismo tiempo que le explicaba con su mano derecha lo que le estaba diciendo. Ella asintió levemente con una sonrisa—. Joohyun, muchas gracias por cuidar de ella. Lamento que haya ocupado todo tu tiempo —la joven se levantó del suelo, después arregló las solapas del pliegue de su falda veraniega y se acercó con una sonrisa.
—Sabes que me encantan los niños. Cuidar de Jade no es algún problema —respondió ella, encogiéndose de hombros—. Por cierto, creo que ella escuchó algo inapropiado anoche —le informó. Jimin al escuchar aquello, dejó que la sonrisa que llevaba sobre su rostro se fuera desvaneciendo paulatinamente—. No entiendo muy bien sus quejidos, pero por señas le entendí que te había escuchado gritar anoche. Y bueno, lo confirmo por los chupones que tienes en el cuello —concluyó, señalando levemente las marcas que sobresalían a un lado de la camiseta de Jimin. El joven se sonrojó de inmediato y bajó la mirada.
—Creo que hay cosas que quiere escuchar y otras que no —respondió Jimin bastante abochornado por la situación. Joohyun agitó la mano, restándole importancia al asunto—. No he podido descifrar bien si es sordomuda o si puede escuchar levemente.
—Bueno, por mi experiencia diría que sí es sordomuda, pero debiste gritar muy fuerte para que escuchara el eco de estos. Te recomiendo bajar un poco el volumen, y te aseguro que no escuchará nada —respondió ella—. En fin, dejaré de atormentarte. Ya le di de comer, así que no te preocupes por eso. Nos vemos mañana.
Jimin agradeció balbuceando antes de retirarse del porche prácticamente corriendo. Bajó a Jade al suelo para tomarla de la mano y caminar directamente hacia la vivienda, se sentía tan avergonzado. Había asumido que Jade por su condición no había podido escuchar nada, sin embargo, se había equivocado. La próxima vez debía ser más silencioso, y al darse cuenta de aquel pensamiento se sonrojó.
Debía admitir que, simplemente disfrutaba tener sexo con Jungkook. No por algo siempre terminaba teniendo más de dos orgasmos en cada uno de sus encuentros, pero simplemente le era difícil aceptar el hecho de que disfrutaba que un hombre lo jodiera en todo el sentido de la palabra.
ESTÁS LEYENDO
𝐍𝐄𝐊𝐑𝐎𝐒 | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧.
FanfictionEl área metropolitana de Busan, Corea del Sur, es infectada por un virus que despierta el canibalismo en personas muertas. Ciudad en donde se encuentra solo y desorientado Park Jimin, estudiante de medicina, quien por suerte ha encontrado un grupo d...