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A tan solo unos meses de presentar su examen de admisión a la universidad, Renjun se sentía sumamente presionado, angustiado y estresado

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A tan solo unos meses de presentar su examen de admisión a la universidad, Renjun se sentía sumamente presionado, angustiado y estresado.
El ver cómo sus amigos tenían ya establecido lo que querían estudiar y dedicarse por el resto de sus vidas era sumamente escalofriante, puesto que Huang Renjun no tenía ni la más mínima idea de lo que quería hacer con su vida.

Jaemin solía decirle que hiciera lo que le gustara y que no se preocupara por cuánto ganaría, después de todo, se trataba de gustos e intereses y no de dinero.
El dinero era un factor importante, pero Jaemin se aseguraría de ahorrar lo suficiente e incluso esforzarse más día a día para que su pequeñito novio no se preocupara por aquel detalle.
En cambio, Renjun le regañaba por el esfuerzo de más que hacía yendo a la universidad, tomando cursos extras, ayudando a la caridad, haciendo tareas, y lo que más le causaba conflicto de todo era que durante las noches se ponía a estudiar con él para su examen de admisión en vez de dormir un poco más de sus tres horas y media diarias que normalmente dormía.

Jaemin estudiaba y trabajaba al mismo tiempo para poder tener una vivienda digna, después de todo, era él solo sin familia con la cual apoyarse.

— Tienes que dormir— renegó el pequeño chino agitando los hombros anchos del rubio.

Jaemin soltó una risita y agitó su vaso de café negro con ocho shots extras.

Oh, eso también le enojaba a Renjun. La cantidad de energizantes, cafeína y azúcares que consumía Jaemin llegaba a ser alarmante en ciertos niveles. Su cuerpo resentiría todo dentro de varios años más y él quería un esposo sano para viajar, no a uno con cálculos biliares.

— Dame un besito y lo pensaré— los labios rosados del mayor se abultaron, obteniendo como respuesta un golpe suavecito con la palma de la mano de su pequeño en ellos.

Renjun negó y cerró la computadora portátil que llevaba su novio para estudiar antes de dormir.

— Tienes que dormir, Nana— reprochó el castañito quitando el vaso plástico de café de las manos contrarias y bebió un sorbo, se arrepintió al instante.

Esa cosa sabía horrible.

Horrible era poco a lado con la atrocidad que acaba de tomar.

Tragó como pudo el líquido y comenzó a toser descontroladamente logrando sacar una limpia carcajada de los labios de Jaemin.
El sabor a café sabía espléndido cuando venía de la boca de Jaemin mientras se besaban, pero no directamente del contenedor.

— Esto sabe a petróleo— la voz chillona hizo reír aún más al alto chico que solo podía sobarse el abdomen de tanto reír.

— No te quejas cuando acabo de tomarlo y te beso.

Jaemin era demasiado extraño en algunas situaciones -especialmente cuando pedía besos por medio de sugerencias-, lo que solo hacía que Renjun soltara pequeñas risitas nasales.

short ; renmin ✓Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum