short ; renmin ✓

O2

Renjun había enfermado después de salir bajo la lluvia con el único propósito de quitar a sus peluches que se secaban en el tendedero de su casa. Su pequeña estatura había sido un gran obstáculo para poder bajarlos todos, y tanto él como sus peluches favoritos terminaron empapados.

Nana🌧️💗:
Hey, bebé
Tu mamá me comentó que estás resfriado:c
En cuanto mi clase termine iré a tu casa, ¿aún tienes té de jazmín?
¿Ya comiste algo?

Sería mentira si les dijera que Renjun no sintió su pecho cálido y su corazoncito bailar alegremente trás leer los mensajes de su joven amado, él siempre tan atento y detallista. Jaemin era un hombre perfecto ante los ojitos de un enamorado Huang Renjun.

Moominjun🌦️💗:
No te saltes tus clases por venir a
verme:c
Mamá acaba de traerme otra caja de té
Y si, ya comí uwu

No tardó mucho para recibir respuesta del mayor. ¡Se supone que estaba estudiando!

Muchas veces Renjun se sentía mal por quitarle tiempo provechoso a Jaemin, pero el rubio siempre le contradecía y le aseguraba que era tiempo de felicidad, abrazos y amor, todo para poder sobrellevar de mejor manera el estrés universitario.

Nana🌧️💗:
Tarde, en ese momento estoy yendo a mi auto
Ya quiero verte, pequeñín 💕

Renjun no respondió a ello por el constante temblor en sus manos y pecho, sabía que Jaemin iría a su casa sí o sí, sin importar la situación u obstáculo presente.

Renjun terminó por levantarse de cama, arreglar sus pijamas aguadas e intentar arreglar un poco el nido de pájaros que se hacía pasar por cabello.

Pronto se encogió de hombros frente al espejo e hizo un puchero.— Nana tendrá que acostumbrarse a verme desarreglado, no pienso tener que peinarme a diario cuando nos casemos.

Renjun se rió de sí mismo por su propio diálogo, llevaba un año y diez meses saliendo con Jaemin, pero ambos adoraban verse en un futuro al lado del otro aún cuando desconocían de su destino.

Pronto el timbre de la puerta principal sonó y el pequeño chico salió corriendo en dirección a la planta baja, piso en donde la madre de Renjun hablaba con el atractivo rubio alto que llevaba un par de bolsas de papel en manos.

— Por Dios, Jaemin. No tienes que saltarte clases cada que Ren se enferma— regañó la fémina. Ella sabía del amor presente entre su hijo y su novio, tenía que aceptar que veía eso como un tierno gesto, pero también como uno muy irresponsable.

Jaemin hizo una ligera mueca por la sensación de regaño.— No volverá a suceder, mamá Huang— el gesto de saludo militar hizo reír al pequeño chino que presenciaba la escena desde las escaleras.

La madre de Renjun sonrió al ver los ojitos emocionados de ambos chicos, no podía esperarse menos de ellos dos. Con un par de disculpas y un suave "iré a preparar la comida" se alejó de la escena, dando pase libre a esos dos chiquillos que experimentaban la sensación de un amor juvenil y leal.