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El sonido del timbre significa una sola cosa

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El sonido del timbre significa una sola cosa.

Es hora de salir, y eso entusiasmó a gran parte de la población estudiantil que solamente buscaba terminar con aquella tortura bajo el nombre de “escuela”.

— Escuché que un universitario muy guapo viene a diario para recoger al chico pequeñito de la clase A— comentó una chica de tez bronceada a sus amigas que estaban paradas en grupo para ponerse al día con chismes.
Otras de sus amigas se acercaron a su dirección, entre aquellas chicas estaba el chico bajito, quien al verlas le sonrió con ternura.

Bien, aquel era el momento ideal para preguntarle al chiquillo sobre el puesto que recibía el universitario en su vida.

— ¿El universitario que viene siempre por ti es tu hermano?— preguntó otra chica castaña, que si no mal recordaba, se llamaba Choi Jisu.

Renjun negó sonrojándose fuertemente. Había hecho cosas con Jaemin que de solo imaginarse siendo hermano de él le traería vergüenza.

— E-Es mi novio— comentó jugando con sus pequeñas manos, no está de más decir que estaba nervioso por hablar con chicas que parecían querer juzgarlo todo.

Las chicas presente gritaron un "aw" en coro, sintiendo ternura ante una frase tan simple que solamente el chico pequeñito podía volverla algo -muy- adorable.

Renjun era tímido e introvertido, sí, pero eso no quitaba el hecho de que su pequeño cuerpo guardaba mucha furia y autodefensa cuando se era necesario. Pero eso solo lo sabían las personas que se habían atrevido a faltarle al respeto de alguna u otra forma.

Volviendo al tema…

Era hora de salida cuando aquel grupito de chicas -y chico pequeño- se juntó para hablar, pasar chismes y pasar tips de moda.
Jaemin como siempre llegó abrazando a su pequeño por la espalda, aspirando su dulce aroma a vainilla y madera quemada, adoraba a su bebé.

— Hola, mi amor— habló el alto chico, captando al instante la atención de las chicas presentes y de su novio pequeñito, quién se asustó trás sentir el toque repentino de dos manos sobre su cintura.

Renjun se volteó para colocarse sobre sus puntas y jalar la camiseta de Jaemin, todo con la intención de dejar un tierno beso en su mejilla. Las mejillas del más pequeñito se tiñeron de rojo cuando sintió un flash a sus espaldas.

El extranjero de por sí era bajito, pero a lado de su alto y rubio novio se veía aún más pequeño de lo que ya era.

Si ponías una regla de cabeza a cabeza podías notar los veinte centímetros exactos que les separaban, era lindo, pero era todo un martirio a la hora de querer besarse sin descanso alguno.

— Si nos disculpan, señoritas. Tengo que llevarme a mi niño— comentó con una sonrisa encantadora.

Terminó quitando la mochila amarilla de la espalda de Renjun sin previo aviso, a los pocos segundos la colgó sobre su hombro derecho y entrelazó su mano con la de su novio en el proceso. Renjun como siempre, tuvo que flexionar su codo para poder dejar sus manos entrelazadas con mucha más comodidad.

— Hablé con tu mamá, hoy te quedarás en mi departamento— comentó el rubio agachándose demasiado para poder besar la frente del castañito.

— No sé cuándo mamá y tú se hicieron tan amigos, pero me da miedo— comentó dejando salir una suave risita que solamente logró alterar el ritmo cardíaco de Jaemin.

Y es que en realidad, Jaemin amaba cada parte de Renjun. Desde su vocecita de ardilla, como le cantaba al oído después de hacer el amor, como chillaba de emoción cuando ganaba debates escolares y le explicaba todo lo que había hecho e investigado, también amaba la manera en que bailaban juntos con música de EXO mientras cocinaban algún postre que habían visto en Instagram, incluso amaba con locura ver como Renjun se enojaba con él por hacer bromas tontas con respecto a su diferencia de estaturas.

Pero lo que más le llamaba la atención era que este era chiquito y tierno. Era como un muñequito de porcelana, perfecto como para cargarlo a todos lados. Simplemente era del tamaño perfecto para encajar en sus brazos y así poder sentir que lo estaba protegiendo de todo lo malo que los rodeaba.

— Tu mamá me pasó fotos de Renjun girasol— carcajeó el mayor al recordar las tiernas fotos de un recital de ballet de su pequeño novio.

En aquellas fotos Renjun llevaba un traje verde de pies a cuello y un sombrerito de girasol, ¿la cereza del pastel? un tutú tornasol con brillos aplastaba la pancita inflamada de un niño de cuatro años que solo sabía comer pastel de chocolate.

Un tierno puchero pronunciado se instaló en la boquita del menor.

¡Se supone que eran fotos eran confidenciales!

— Desde pequeño eras encantador, bueno, cuando eras más pequeño— siguió riendo el alto chico, ganando como respuesta su mano vacía.

» Ren, amor— Jaemin había comenzado  a asustarse trás observar que su pequeñito novio estaba yendo en dirección contraria a su departamento.

— ¡Vete con el chico alto que te coquetea!— gritó el castañito agitando su mano en un gesto despreocupado.

Jaemin rió bajito en medio de crisis de pánico, aún no estaba listo para acercarse al menor porque estaba seguro que se ganaría un buen golpe en el pecho, pero el solo ver cómo Renjun se alejaba cada vez más solo logró asustarlo aún más.

Era ahora o nunca.

Inició a correr sin importarle que podría ganarse un doloroso golpe por parte de Ren… y finalmente lo tuvo en brazos, cargándolo para dejarlo sobre una pequeña banquita ubicada en las afueras del parque por el cual iban pasando.

— Perdóname, mi cielo— el tono lastimero del rubio hizo reír a un enojado Renjun, llevando a la basura su tonta actuación para obtener un poco de helado en señal de paz.

Renjun optó por culminar su actuación, terminó tomando el rostro del universitario con sus manitas para depositar un prolongado beso sobre los suaves labios ajenos.

¿Ya había mencionado que adoraba que Jaemin lo subiera en superficies altas? ¿Por qué adoraba aquello? La respuesta era fácil, así ambos podían besarse sin problema alguno.

— Te amo, mi pequeño girasol— susurró sobre los belfos del chino.

— Yo también te amo, rubio tonto— susurró de la misma manera antes de depositar un piquito.

— Vamos, quiero hornear pastelitos de red velvet contigo.

Renjun también adoraba que Jaemin lo incluyera en todos sus planes. Era demasiado bonito tener una pareja estable en la cual confiar, aunque su novio era tonto y adoraba hacerle bromas con su altura.

 Era demasiado bonito tener una pareja estable en la cual confiar, aunque su novio era tonto y adoraba hacerle bromas con su altura

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Capitulo sin editar.
La escritora es pequeña (tanto así que mide 1,55) y el año pasado estuvo saliendo con un chico de 1,91. Tengo muchos recuerdos e ideas JAJAJAJA
😳👌🏼

Update: todas esas ideas y recuerdos se fueron lejos porque no escribí nada sobre mis memorias JSJSKSJAJA

Lxs tqm
daff

short ; renmin ✓Where stories live. Discover now