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El tren había llegado y al poner un pie en la estación sintió la calidez de su hogar abrazandolo, da igual cuántas veces regresara, siempre se sentía en casa, Doncaster siempre lo recibiría con amor.

– ¡Lou! ¡Aquí!

El castaño vio no demasiado lejos a su madre, quien agitaba su mano en el aire, y a su lado una emocionada Félicité estaba por explotar. Solo bastó que Louis flexionara ligeramente sus rodillas y abriera sus brazos para que la pequeña se lanzara a abrazarlo con fuerza, mientras era alzada por su hermano, que daba algunas vueltas sobre sí mismo.

– Fizzy, te extrañé.

El aroma a fresas de su hermana lo envolvió y realmente se sintió en casa cuando se separó del abrazo y bajó a la pequeña.

– Y yo a ti, Lou.

– ¿Dónde están Lottie y Zayn? Creí que vendrían todos juntos.

Alzando la mirada hacia su madre Louis pudo comprobar que se había acercado, y habló sarcástico respondiendo a la mujer.

– Hola mamá, yo también me alegro mucho de verte, estás muy guapa. Y sobre Lotts y Zayn, se quedarán unos días más en Londres, solo yo adelanté el viaje.

Jay rodó los ojos ante la respuesta de su hijo y lo abrazó con fuerza, aplastando a Fizzy, quien se encontraba entre ambos.

– Vamos a casa, tu padre está deseando verte.

Con un ligero asentimiento los tres salieron de la estación y tras un corto trayecto en coche llegaron a casa. Louis salió con su hermana colgada de su brazo y Jay ayudó con sus maletas. Al entrar lo primero que el castaño pudo sentir fueron los brazos de su padre aplastandolo.

– ¡Louis! ¿Qué tal el viaje? ¿Estás bien? ¿Cansado? ¿Necesitas comer? Prepararé té, ¿te apetece?

Todos los presentes estallaron en risas, Mark podía ser muy protector cuando de sus hijos se trataba, pero con Louis siempre tuvo una conexión especial, no solo por ser el primero.

– Hola papá, cálmate. También me alegro de verte.

Sin poder separarse del agarre de su hermana Louis fue a la sala con su familia. Todos lo miraban expectantes de una historia, a excepción de Mark, quien preparaba té en la cocina pero le gritaba que contara sus aventuras en la capital.

– En realidad no ha sido nada, solo Zayn, Lottie y yo, bueno y Francesca, me pidió que te diera muchos besos de su parte, Fizzy.

Una sonrisa se extendió por los labios de la aludida, realmente quería mucho a Francesca y que la recordara a pesar de no haberse visto por meses era bonito para ella. Solían hablar, aunque ya no demasiado.

– ¡Eso no es lo que cuenta Lottie!

– ¿Y qué cuenta Lotts?

Louis estaba casi seguro de la respuesta que su padre le daría, pero realmente quería estarlo completamente antes de que todo explotara.

– ¡Dice que hay un omega en Londres. Y no precisamente suyo!

Mark regresó con las tazas de té y el agarre de Fizzy se hizo más fuerte mientras un puchero se formaba en sus labios.

– Tú siempre serás la primera, Fizz.

Le dijo a su hermana en un susurro, tranquilizandola, pues realmente la pequeña temía que su hermano se enamorara y se olvidara de ella, como le había ocurrido a una chica de su clase.

No quería que Lottie y Louis la olvidaran, aunque eso no pasaría nunca, Félicité era la princesa de ambos y ningún omega cambiaría eso.

– ¿Qué tienes que decir al respecto, Lou?

Flores Salvajes || L.SWhere stories live. Discover now