XXX

1.4K 145 15
                                    

Lottie y Louis estaban en casa de la alfa, quien tomaba medidas a su hermano y las anotaba en un papel mientras tarareaba la canción que sonaba de fondo. No era la forma que Louis tenía pensada para distraerla, pero al menos estaba funcionando.

– Bien, ahora el patrón, Lou, tendrás que modelar cuando tenga que presentar, ningún chico en la universidad tiene un trasero como el tuyo, esto no le servirá a cualquiera.

Louis miró a su hermana como si hubiera dicho una gran locura, para él era así, se prestó a ser maniquí de su hermana, pero no modelo, eso le daba muchísima vergüenza.

– Lotts, es demasiado.

– Por favor.

– Vale, pero me debes una comida.

Lottie asintió mientras seguía mirando los patrones que tenía sobre la mesa, tratando de decidirse por uno de ellos. Louis miró la hora y supo que era momento de llevarse a su hermana.

– Pero tiene que ser ya, tienes que despejarte.

– Lou, no -. Al saber que recibiría una negativa de su hermana el castaño cubrió su boca con la mano y la miró sonriendo de forma inocente.

– Por favor, Lotts, será rápido, solo comer y volvemos.

– Vale, esperame aquí, voy a por el bolso.

Una sonrisa triunfal se formó en el rostro de Louis mientras esperaba a su hermana, que no tardó mucho el volver, y juntos fueron hacia el coche del castaño.

– ¿A dónde iremos?

– Al mejor sitio en el que estarás en tu vida.

Era más que obvio que Lottie no entendió el trasfondo de las palabras de su hermano y solo supuso que irían a un buen restaurante, sin saber que ese paseo en coche cambiaría su vida por el resto de su vida, para bien o para mal.

– Lou, estamos yendo muy lejos, podemos comer en cualquier lugar cerca de casa.

Después de 15 minutos de trayecto la alfa empezaba a impacientarse, pero Louis siempre sabía como calmar a su hermana.

– Lotts, falta menos que hace dos segundos, y si te callas faltará menos todavía.

Lottie guardó silencio el resto del trayecto, era para ellos una especie de código que habían usado desde que tenían memoria el uno con el otro, y era para ambos hermanos algo sagrado que debían respetar.

Lo que duró el resto del viaje pasaron hablando entre ellos, riendo y cantando a todo pulmón las canciones que sonaban en la radio, se hizo corto para ambos en cuanto dejaron de preocuparse por el tiempo.

– Llegamos.

Cuando Louis paró el motor del coche bajaron y la alfa no pudo observar ningún restaurante cerca, solo como una colina se alzaba frente a ellos, y miró a su hermano confundida.

– Lou, ¿dónde estamos?

– Vamos, confía en mi.

Asintiendo pero sin perder la confusión del porqué su hermano la llevaría a ese lugar lo siguió cuando empezó a caminar por la colina, y al pasarla y volver a la explanada que se encontraba al otro lado pudo ver una manta de picnic, una cesta que supuso que tendría comida dentro, luces artificiales adornando la escena y una gran lona blanca sujeta entre dos árboles. Estaba más confundida que antes, pero cuando se giró para preguntarle a su hermano se dio cuenta de que estaba sola, y al escuchar el motor del coche se dio cuenta de que se había ido, e iba a marcharse ella también para matar a Louis, pero una voz la detuvo.

Flores Salvajes || L.SWhere stories live. Discover now