Houtarou Oreki y Las Quintillizas

Deseos De Armonía

Hoy tuve que ir andando a la escuela.
Al final no pude estudiar, y dentro de dos días comenzaban los exámenes.

Hoy tuve un día bastante tranquilo, como los de antes, cuando no estaban las quintillizas.

Terminé las malditas clases, y cogí mi bici de la esquina, que ya tenía hasta alguna telaraña, y me dirigí a mi casa.

Iba pensando en cómo me iba a organizar para estudiar cada asignatura.

Solo me quedaba una curva para llegar a mi casa, pero de repente me di de bruces con Yotsuba, que estaba corriendo.

–¡¡Heey, Houtarou para!!

No me dio tiempo a frenar, ya que no me esperaba encontrarme a alguien y además estaba absorto en mis pensamientos.

Salté de la bici, empujandola hacia un lado y caí encima de Yotsuba.

Rápidamente me aparté.

–¡Perdón, Yotsuba! –dije mientras juntaba las manos y me disculpaba.

–N-no te preocupes.

–Me voy para no interrumpir en tu carrera

–Ahh sí, ¡A las 17:00 en nuestra casa!

–Espera... ¡¿Qué?!

Yotsuba ya no me escuchó porque ya se había ido.

Seguí mi camino hasta llegar a casa, y aprovechar el tiempo para estudiar antes de ir a su casa.

Llegó la hora de salir, y mientras me dirigía al domicilio de las Nakano, empezó a llover.

Llegué a su casa mojado desde los pies hasta la cabeza.

Llamé al timbre e Itsuki fue la persona que me abrió la puerta.

–Buenos días, Oreki.

(Parece que sigue usando mi apellido)

–Hola –saludé elevando la mano.

Pasé hacia el salón con Itsuki y allí me esperaban Ichika, Yotsuba y Miku.

–Bueno, comencemos con el tema número... –alguien no me dejó terminar la frase.

–He preparado unos pasteles, ¿Queréis probarlos? –preguntó desde la cocina Nino

–¡¡Sí!! –gritaron Yotsuba e Ichika

Parece que Nino no se había percatado de mi presencia, hasta que vino al salón.

Cuando me vio dejó caer los pasteles al suelo.

–¿Nino? –preguntó extrañada Itsuki

–¡¿Qué hace él aquí?! –dijo mientras me señalaba

–Ha venido a estudiar con nosotros –respondió con total serenidad Miku

–Si quieres puedes unirte a nuestra sesión de estudio –sugirió Ichika