Capítulo 5

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   Harry cayó de rodillas en el césped del patio trasero de su casa, pero no se detuvo siquiera a considerar si tenía alguna lesión o esperar a que el dolor pasara, inmediatamente se colocó de pie y cojeando como podía se dirigió hacia la valla que separaba su patio de la vereda. No podía dejar que la única oportunidad que ahora tenía de ingresar al Bosque Prohibido, y que prácticamente se le había presentado como obra de magia, se le escapara.

   En los días que estuvo en el hospital, después de su accidente en el bosque, Snape le comentó que la policía había interrogado (aparte de a Narcissa, Lucius y él mismo) a Rubeus Hagrid, ya que el semigigante (aunque aquí no era un semigigante sino simplemente un hombre muy alto) era el guardabosque del Bosque Prohibido. Así que si quería ingresar allí sin ningún tipo de inconveniente, debía ir con él.

   Harry saltó la valla de madera, y si Hagrid no se hubiera movido más rápido de lo que venía haciendo hasta el momento, habría terminado por derribarlo, o al menos golpearlo. Hagrid, semigigante o no, aún tenía un tamaño de consideración, y habría sido difícil derribarlo con un simple golpe.

-¿Escapando de casa? –Preguntó el hombre mirándolo con una media sonrisa –Veo que ya estás mejor.

   Harry le sonrió también, tranquilo al saber que éste Hagrid no parecía ser tan diferente del que conocía en su mundo. Hubiera sido más complicado pedirle el favor que quería si resultaba como con Ron y Hermione… sus amigos que ya no eran amigos.

   Sacudió la cabeza, no era momento de pensar en eso ahora.

-Estoy bien, gracias –contestó colocándose a la par del hombre – ¿Vas al Bosque Prohibido?

-Pedí que me reemplazaran hoy, –negó Hagrid, haciendo que Harry estuviera a punto de bufar de la frustración… si no fuera por lo que agregó después –para poder ir a Hogwarts. El director Dumbledore hace tiempo que me viene pidiendo que le ayude con los jardines del colegio. Se me dan bien esas cosas, ya sabes. Fui yo quien diseñó el jardín del Hogar –sonrió con orgullo.

-¿El director Dumbledore está vivo? –No pudo evitar preguntar Harry. Sabía que esta no era su realidad, pero escuchar que Albus Dumbledore estaba vivo aquí lo atrapó desprevenido.

   Hagrid rió. –No eres el primero que reacciona así. Después de ese mal hace más de un año, todos pensamos que ya no contaría más el cuento –negó con la cabeza sin dejar de sonreír –Ese hombre es más fuerte de lo que todos podemos llegar a imaginar, a pesar de su edad. Tendremos Dumbledore para muchos años más.

   Harry asintió, aun un tanto atónito pero no como al principio. El  Dumbledore de aquí sonaba como el de su mundo. Tan invencible.

   ¿Y si era tan inteligente también? Se preguntó ¿Y si allí estaba la respuesta a todos los interrogantes que lo aquejaban? Al fin, fue Dumbledore quien lo recibió esa vez en que Voldemort le lanzó (por segunda vez) la maldición asesina, llegando a una realidad similar a la estación King’s Cross, y fue él quien luego lo acompañó cuando decidió volver para acabar con el Mago Oscuro. Tal vez, entonces, podría ayudarlo ahora a volver donde pertenecía.

-¿Te importa si te acompaño a Hogwarts, Hagrid? Me gustaría hablar con el director Dumbledore.

   Harry sólo esperaba tener razón, porque ésta sonaba como la oportunidad más cercana que tenía para que todo volviera a ser como debería.

**
  

   Ver a Albus Dumbledore vivo resultó una experiencia… turbadora. No podía encontrarle otra palabra más apropiada que esa. El hombre no parecía haber envejecido un solo día desde aquella última vez en la Torre de Astronomía, la última vez que lo vio (cabello y barba largos, y ropa extravagante, incluidos).

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