diecinueve. i

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Me sentía rara, como fuera de mi y era por todas las emociones que estaba experimentando.

Luego de abandonar el apartamento de Jin, conduje al menos dos cuadras y estacioné el auto. Podía ser peligroso conducir en el estado en el que estaba, por eso realicé ejercicios de respiración y traté de parar mi llanto.

No me faltaba mucho para llegar a casa, me detuve cuando el semáforo cambió a rojo en una avenida. Miré hacia mi derecha y en la acera, cerca de la entrada a un callejón, vi a dos personas, dos chicos específicamente. Pero lo que captó mi atención fue que parecían hacer un intercambio, supe de inmediato de que se trataba por como estaban actuando. Uno estaba vestido de negro y era muy alto. Él le entregó algo al otro chico que portaba un uniforme, parecía trabajar en alguna cafetería, ya que había varias en la zona, y éste le entregó lo que supuse era dinero. Luego el más alto se alejó, no sin antes mirar alrededor, asegurándose de que nadie se hubiese dado cuenta del traspaso de drogas, y el otro chico comenzó a caminar en dirección contraria. Se habían arriesgado demasiado.

Miré hacia el frente, golpeteando mis dedos contra el volante, pero un segundo después giré la cabeza nuevamente para ver por dónde se había ido aquél hombre, o más bien el dealer. Bajé la vista al asiento de copiloto dónde tenía mi bolso con mi billetera adentro, tragué grueso.

¿Y si...?

La corneta del auto de atrás me sobresaltó e interrumpió todos los pensamientos que resurgieron de pronto al ver aquella escena, los mismos pensamientos que llegué a tener en un pasado cuando era adicta o cuando estaba comenzando la rehabilitación. Aceleré, a la vez que sacudía la cabeza, recriminándome a mi misma.

"No vas a volver a hacerlo, Massielle."









Ya cuando llegué frente a mi edificio e iba a entrar al estacionamiento subterráneo, noté una figura en el otro lado de la calle, apoyada contra el poste de luz. Llevaba una sudadera y un gorro. Sus ojos estaban clavados en mi auto.

¿Qué estaba haciendo Yoongi aquí? No se trataba de una simple casualidad.

Probablemente me arrepentiría de lo que iba a hacer, pero no lo pensé demasiado. Estacioné mi auto un poco más atrás de la entrada del estacionamiento, apagué el motor y salí de éste. Crucé la calle hasta quedar frente al platinado que no se había perdido ninguno de mis movimientos.

Estaba recostado del poste, fumando un cigarrillo en una postura casual.

–Vine aquí antes de hacer algo estúpido. –Habló antes de que yo pudiera hacerlo, giró la cabeza para dejar salir el humo hacia otra dirección lejos de mi.

No podía deducir exactamente a qué se refería con eso, pero supongo que quería evitar causar otro accidente. Tal vez para él, estar parado frente al lugar donde vivía, en medio de la noche, era una buena idea.

Había tratado de convencerme de que Yoongi no me buscaría y ahora que estaba aquí, no sabía ni como actuar.

–Creo que haber venido es más estúpido aún. –hice el amago de girarme, porque justo me estaba arrepintiendo de haberme acercado, pero él me detuvo por el brazo y no pude ocultar la mueca de dolor debido a esa acción. Él se dio cuenta de esto así que me soltó de inmediato. –¿Qué quieres?

–Estabas llorando... –en vez de una pregunta fue una afirmación– ¿Qué sucedió, Ellie? –A pesar de mi mala manera de hablarle, su tono fue bastante condescendiente.

Necesitaba soltarlo aunque no estaba segura que si con Yoongi era lo correcto.

Di una respiración profunda, para proceder a contarle.

reformed •myg (problematic book #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora