CAPITULO TREINTA

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"¡¿Finalmente estás saliendo ?!" Lily gritó en voz alta, "¡¿Y no me lo dijiste ?!" Exigió

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"¡¿Finalmente estás saliendo ?!" Lily gritó en voz alta, "¡¿Y no me lo dijiste ?!" Exigió.

"No preguntaste." Lyra se encogió de hombros ante su mejor amiga a la mañana siguiente durante el desayuno.

James deslizó un brazo alrededor de su cintura y presionó un suave beso en su mejilla antes de colocar su barbilla en su hombro derecho, sonriendo felizmente a la pelirroja.

"Lo siento, Evans. No serás mi feliz para siempre, después de todo." James le guiñó un ojo, lo que hizo que Lily pusiera los ojos en blanco.

"¡Lo llamé! Desde principios del año pasado." Ella les sonrió con suficiencia.

-Me debes diez galeones, Lils." Fue el turno de Marlene de mostrarse engreída.

"No para ser un amigo terrible ni nada, pero ¿por qué no puedes esperar hasta fin de año?" Lily resopló, entregándole a Marlene su dinero.

"¿Apostaste por nosotros?" Lyra cuestionó.

"¿Estás siquiera sorprendido?" Alice le arqueó una ceja.

"No." Ella suspiró, aunque había una pequeña sonrisa en su rostro. "Hablando de apuestas, veinte galeones que Alice y Frank juntan al final del quinto año". Lyra sonrió.

"Eso no es justo, y lo sabes, amor". James susurró en su oído, lo que hizo que se le pusiera la piel de gallina.

Lyra simplemente le dio un codazo al chico y miró a Alice ruborizada ya las otras dos chicas con miradas de complicidad.

"Digo para fines del próximo año". Marlene se encogió de hombros.

"Acuerdo." Las tres chicas corearon, ignorando las protestas de la otra chica que se sonrojó levemente.

"Bueno, los otros tres chicos no han mostrado su cara esta mañana, y me temo que están tramando algo. Porque sé con certeza que enviaron a James para distraerme, así que te veré en clase. . " Lyra dijo, levantándose del banco, ignorando la larga serie de malas palabras de James.

"Ángel ... solo esta vez ... Por favor ..." se quejó James, haciendo pucheros y dándole sus adorables ojos de cachorro.

"James." Dijo ella severamente.

"Por favor ..." Hizo un puchero aún más si eso era posible, y esta vez Lyra se derritió y cedió.

"Multa." Ella suspiró. "¿Qué se supone que debemos hacer ahora?" Ella se cruzó de brazos.

Esto causó que su rostro estallara en una sonrisa traviesa y ella instantáneamente se arrepintió de haber hecho la pregunta. James la tomó de la mano y la arrastró con él. Pasaron unos pasillos, antes de llegar, sorprendentemente, a la cocina.

James debió haber visto la expresión de sorpresa en su rostro y le sonrió.

"¿Qué, a dónde pensaste que te estaba llevando?"

𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐈𝐅𝐓𝐄𝐃Where stories live. Discover now