El amor, la cosa por la que han existido guerras, mitos, leyendas... por lo que la gente sufre y anhela, pero cuando chocas miradas con esa persona sientes esa profunda conexión que revoluciona todo lo que conocías incluso si al final todo es un de...
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Odio tener que ir a clases, para ser un inmortal esto es extremadamente aburrido, ¿Son necesarias?, tengo suficiente dinero y no es que me vaya a morir de hambre si no estudio. Creo que esto es lo peor de ser vampiro, obviamente lo primero es alimentarme de sangre pero fingir de acorde a mi edad aparentada me pone de mal humor.
Entro al estacionamiento llamando la atención, otra vez, bajo sintiendo la mirada de todos, hoy no estoy de humor para que empiecen a chiflar como cerdos. Me limito a pasar luciendo lo que tengo y moviendo mi cabellera rubia, aunque no esté de humor nunca queda de más ser cautivadora.
Al llegar a mi casillero me sorprendo al ver a Jackson esperándome. Me limito a saludarlo con una sonrisa y empiezo a dejar mis cosas y recoger las que necesito.
-Hey- me saluda
-Hola- respondo intentando ser amable
-¿Vamos?
Lo sigo a la clase de Ciencias, al menos hoy no me toca Matemáticas no creo soportar ponerme a hacer cosas de ese estilo. En el camino hablamos de cualquier cosa.
-¿Por qué Alaska?- me pregunta luego de un rato en silencio
-No lo sé, supongo que me gusta mucho la nieve y el frio
-¿Supones?- me regala una sonrisa ladeada
Lo golpeo amistosamente y soltamos unas risitas, escucho un bufido muy bajo, volteo de donde proviene, Edward me ve con intensidad y eso hace que mi instinto haga que me ponga más coqueta, camino con más concentración y me centro en sonreír. Vuelve a bufar y ahora yo suelto una risita burlona, sé que me puede escuchar pues rueda los ojos y empieza a caminar hacia su clase.
Volteo hacia Jackson y levanto mi mirada un poco pues es como 20 centímetros más alto que yo. Se encuentra concentrado en algo, indago en su mente y sé que no vio el intercambio de sonrisas y bufidos con Edward, le pone nervioso invitarme a comer con él. Sonrió pero dejo que se llene de confianza para hacerlo.
En el resto de las clases solo comentamos acerca de lo que dicen los maestros, en una clase no comentamos nada y mis pensamientos se fueron más lejos de esta clase, a unas cuantas aulas más allá, Edward y Alice estaban compartiendo Matemáticas.
Ja. Pobres, sus caras me confirman que están más aburridos que nada, no tengo nada en contra de esta materia pero la forma en que habla el maestro me hace querer dormirme lastimosamente no puedo, doy una vuelta por la cabeza de un alumno de la misma clase y veo a la mayoría recostados en sus butacas, unos de manera cuidadosa para no llamar la atención pero otros más están totalmente recostados y puedo verles hasta la baba que se les escurre.
Me rehusó entrar a la mente de Edward, no quiero saber lo que haya pensado de nuestro encuentrito de ojos ayer. Él es la razón por la cual estoy de un humor de perros, me quede pensando hasta noche en el brillo de sus ojos, la manera en que se le iluminaron al verme, pensé en él toda la maldita noche, hasta que tuve que dejar mi cama para cambiarme para las clases, todo lo hice a paso humano para poder ahorrar tiempo y no venir hacia acá.
