10.- Novios

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Edward y yo nos quedamos platicando toda la noche sobre cualquier cosa, no fuimos más allá de besos y caricias

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Edward y yo nos quedamos platicando toda la noche sobre cualquier cosa, no fuimos más allá de besos y caricias. No queriendo apresurar las cosas, aunque algunas veces sentí el doloroso deseo no consumado y estuvimos a punto pero al final lo descartábamos.

Se fue en la mañana por su carro, dejando que me aseara y vistiera.

Sinceramente fue de las mejores noches que he tenido en mi existencia, ahora él y yo somos novios, admitir que tenía miedo era fácil pues nunca había tenido una relación de pareja, en mis 186 años eso me provocaba temor pero ayer en sus brazos me sentí protegida y segura.

El claxon de su carro suena haciendo que me salga de mis pensamientos. Agarro mis cosas y salgo. Edward me espera con la puerta del copiloto abierta. Le doy un beso antes de subirme.

En el camino vamos platicando de cualquier cosa

-¿Te gusta Claro de Luna?- me pregunta

-Obvio, es relajante- respondo

-¿Color favorito?

-Depende de la década- digo

-¿Color favorito ahora?

-Dorado- sonrió y el capta él porque

-¿El tuyo?

-Verde- me sonríe de la misma manera y entiendo el porque

-¿De qué color eran tus ojos antes de convertirte?- pregunto

-Carlisle dice que eran verdes- me sonríe- Igual que los tuyos- dirige su mano a mi cara acariciándola yo me retuerzo buscando más sus caricias como un gato.

Su mano viaja hasta alcanzar la mía. Entrelazamos los dedos y nos sonreímos.

-Por cierto- digo como quien no quiere la cosa- El lunes es en mi auto- lo señalo

-Claro, quiero manejar un Porsche- una sonrisa traviesa aparece en su rostro

-No lo lastimes- suplico

-Nunca, ni a él ni a su dueña- sonrió y me acomodo para poder verlo

Su perfil es sencillamente como el de un dios griego, con la luz del día parece más perfecto. Él sonríe al ver que lo observo.

-¿Tenias 16 años cuando te convertiste?- me pregunta rompiendo el silencio

-Si

-En ese caso soy mayor que tú- me da una sonrisa

-En eso sí, pero en años viviendo yo te gano

-Tengo 96 años- me dice- Fui mordido en 1918

-Eres joven, yo tengo 186 años- le sonreí dulcemente

-¿Por qué nunca cuentas tu edad humana?- pregunto

Mierda. Nunca hablaba de eso porque fueron los años más oscuros en mi vida, vamos, que tu padre te aviente y te deje en medio de la nada solo porque salías en la noche a caminar era malo. Pero mi vida de esa manera nunca me gusto, sabía que convertirme en esto era mi destino. Nunca contaba los años de mi vida humana en mi edad porque no eran necesarios, no me gustaba recordar a mi familia que no le importo dejarme varada.

I Fɪɴᴅ Yᴏᴜ¹ || Edward Cullen Where stories live. Discover now