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𝖫𝖾 𝗆𝗈𝗍 𝗋𝗈𝗆𝖺𝗇𝗍𝗂𝗊𝗎𝖾 𝗍𝗋𝖾𝗆𝖻𝗅𝖾 𝖺̀ 𝖼𝗈̂𝗍𝖾́ 𝖽𝖾 𝗆𝗈𝗂
∙𝖩𝗎𝗇𝗀𝗄𝗈𝗈𝗄∙

Ahí está él. Tan bonito como siempre. Hoy lleva un conjunto de tonos marrones. Un saco largo beige y su polo blanco Celine que permite ver sus resaltantes clavículas acarameladas, junto a esos pantalones que se ajustan perfectamente a su cintura, contorneando divinamente su lindo y respingado trasero; por último, su boina. Esa linda boina café que oculta debajo, aquellos rizos usualmente desordenados que le dan un toque despreocupado y angelical.

Yo puedo ser poeta al igual que Tae, se me da de maravilla cuando se trata de él. He escuchado que Francia es el país del amor, parte de mi plan es volverme un chico francés para enamorarlo.

Me acerco a él y, a penas me nota, su sonrisa se ensancha. Su mirada solo en mi, su sonrisa solo para mi, su alegría dirigida a mi. Es todo lo que quiero. ¿Es mucho pedir?

Me dirijo a él sonriendo enternecido. Ganándole por apenas 3 centímetros, lo abrazo de la cintura y apoyo mi mentón entre su hombro y cuello, mientras el me devuelve el abrazo suavemente. Luego, con su algo grave voz pronuncia:

- Hola Jungkookie, ¿cómo estás?

Me alejo despacio de su cuerpo para mirarlo a los ojos, acomodo algunos de sus cabellos detrás de su oreja y le respondo.

- Estoy bien, mi sol. Te extrañé, ¿cómo estás tú?

Mi voz ha salido un poco más ronca de lo normal; tal vez se deba a la relajación en la que estuve entre sus brazos.

- Yo también estuve bien y también te extrañé. Solo fueron cuatro días pero lo sentí una eternidad. Perdón por dejarte solo.

- No tienes porqué disculparte, lindo. Un resfriado no es motivo de lamento. Además te recuperaste más rápido gracias a la sopa que le dejé a mamá Kim. ¿Si la comiste verdad? — el asiente aún entre mis brazos. — ahora hay que preocuparnos por recuperar el tiempo perdido.

Hago reír a Tae, luego nos adentramos a los pasillos para llegar a nuestra próxima clase.

🇫🇷

Saco mis libros de historia, mirando discretamente a mi lado izquierdo, donde estaba mi rubio.

"Casualmente" tenemos casi todas las clases juntos, los casilleros juntos, sitio en los salones juntos, e incluso cubículos de baño preferidos juntos. Era prácticamente imposible no enamorarme de él, si pasamos casi todo el tiempo juntos y él es inconscientemente tan encantador.

Siendo tan perfecto como lo es, existe mucha competencia a su nombre. O bueno, así lo veo yo. Si estuviéramos en la edad media, seguramente iniciaría una cruzada o un duelo por él. Nótese mi sabiduría en temas relacionados a historia francesa.

Encabezando la lista de los candidatos, esta la "maldita trinidad" como yo la llamo; Reilly Sean, Slame Mark y Choi Min-ho. Esos tres presumidos. Uno es un mosco que cada ocasión que tiene la aprovecha para tirarsele encima, pero cuando me ve huye. Slame, se cree un cerebrito, tratando de conquistar al sol, con seriedad y halagos fuera de tono. Y Min-ho... Cada que lo veo solo me da ganas de ahorcarlo con su enorme ego.

Mi Tae es algo distraído a veces. No se da cuenta de los coqueteos que a veces recibe y suelta. De todos modos soy consiente de que no puedo reclamarle nada.

Veo como sigilosamente y casi con miedo hacia mi, Sean se acerca a Taehyung, mientras él acomoda con un dedo un mechón de su cabello y con la otra mano toma su bote de pinturas de tonos claros.

- Hola, Taehyung. — dice el intruso.

- Oh, hola Seanie. ¿Cómo estás?

- Yo estoy bien. ¿Cómo estás tú? Me enteré de que tuviste un resfriado, ¿Necesitas algo? ¿te sientes mejor?

- Nop y Sip. Yo me siento mucho mejor ahora, gracias. Jungkookie me estuvo llevando una sopa de arroz deliciosa junto a algunos apuntes. — Apenas dirige su mirada a mi, veo como su expresión de tranquilidad y alegría, se transforma en una de "por favor no me mates". Disfruto de mi poder al intimidarlo e inflo el pecho.

- Ah, Jungkookie... — dice notablemente fastidiado por mi apodo, pero no es tan valiente como para decir algo al respecto. — B-bueno si-si tú necesitas algo no du-dudes en pedírmelo ¿si? —"Seanie" se despide de Tae y se aleja hacia donde sea que tenga que ir rápidamente.

No, no soy un bully. No es mi problema darle miedo a ese chico, soy un amor de persona. Sus prejuicios -y el hecho de que le guste Tae- impiden que nuestra posible amistad nazca.

- Que lástima que se haya ido tan rápidamente, ¿no lo crees Kook? — pregunta mi rubio.

- Si, puce. Que lástima. Demos un minuto de silencio. — cierro mis ojos pongo mi mano en el pecho y me mantengo en silencio, aunque siento su mirada entre divertida y molesta. — Listo, vámonos a artes. — digo sin que haya pasado ni diez segundos.

Él sabe que yo asusto a algunos chicos, pero no parece molestarle.

Lo ayudo a llevar sus cosas con un brazo mientras que con el otro llevo mi mochila. El me ofrece su mano y, sé que es para que el cargue algunas cosas, pero no. Uso esto como parte de mi conquista; paso todas las cosas a un brazo pareciendo el increíble hulk y con la mano libre tomo la mano de mi pulga.

- Eso no es lo... está bien.

La palabra "romance" tiembla a mi lado.

The French styleWhere stories live. Discover now