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Día 8: Cuarentena + "Esto no es lo que las instrucciones decían".

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Sakusa era conocido por ser una persona bastante precavida cuando se trataba de la salud y los gérmenes, siempre estaba preocupado de estar limpio y de tener cierta distancia entre las personas que estaban a su alrededor porque no soportaba la idea de que le contagiaran de quién sabe qué por andar de descuidado.

En parte fue por eso en que no se sintió tan presionado cuando empezó todo el asunto con el virus y con la distancia social, además de que era todavía incluso mejor para él sabiendo que ahora más gente iba a mantenerse alejada y precavida, ¡era casi una victoria!

Cuando anunciaron la cuarentena Kiyoomi estaba que saltaba de pura emoción porque nada le gustaba más que saber que debía quedarse en su casa fuera de contacto alguno con la gente y de paso podría tener vacaciones de su trabajo como bioquímico observando los gérmenes desde el laboratorio que tenía desde su casa. Era todo perfecto.

El primer día de la cuarentena se la despertó lo más tarde que su cuerpo acostumbrado a la rutina le permitía y se quedó unos minutos en su cama disfrutando de la misma antes de levantarse a hacerse un café junto a unos huevos fritos. Comió con calma y tranquilidad. La mejor comida que había tenido en siglos e iba a estar dispuesto a pasar casi todo el día sentado en el sillón viendo documentales de no ser porque de repente tocaron el timbre de su departamento.

Frunció el ceño, era imposible que llegara un paquete para él en esos tiempos y tampoco esperaba alguna visita inesperada o que algún vecino viniera de la nada a saludar. 

Tampoco podía ser alguna clase de error, si habían tocado era por algo.

Ya odiando a la persona que estuviese al otro lado se levantó de su asiento, yendo a paso lento hasta la puerta, abriéndola sin siquiera ver por el picaporte, no tenía tiempo para esas cosas tan innecesarias.

No esperaba encontrarse con una caja gigante, casi de su porte con un papel pegado en frente suyo con una nota que pudo observar después de procesar más o menos lo que estaba en frente suyo.

"Esto no es ningún error de persona, es un regalo. Las instrucciones están adentro sobre cómo tratarlo, no necesita baterías ni recargas. Suerte.

 - xxx"

Le dejó completamente confundido, no entendía bien la nota, lo único que pudo entender bien es que sí iba dirigido a él entonces soltó un bufido. Después de desinfectar la caja podría abrirla, pero era bastante grande y cuando intentó tomarla sintió lo pesada que era. Tuvo que prácticamente arrastrar la caja hasta su sala y no dudó en rosear desinfectante hasta por si acaso.

Se sintió nervioso por alguna razón cuando debió abrirlo, así que lo hizo lo más lento posible para no tener que enfrentar lo que le esperaba.

Y vaya que no estaba listo para lo que se venía.

No sabía qué esperaba, pero ciertamente no esperaba un humano en una caja. Menos que parecía durmiendo tan cómodamente de pie.

Era unos cuantos centímetros más bajo que él mismo, hombros bastante anchos y el cabello rubio aunque con algo de castaño. Parecía bastante relajado y le dio rabia que pareciera así de calmo.

— Oye, despierta.—Dijo con un tono irritado.— Sal de ahí para que te vayas de mi casa.

No importaba qué tan fuerte le hablara, no daba reacción alguna y eso comenzaba a frustrarle. Incluso estuvo tentado a golpearle para ver si con eso podía despertar finalmente. Pero antes de que hiciera alguna de esas cosas notó que sus manos estaban afirmando una nota que tenía la única palabra de ábreme.

Us || SakuAtsu Fluff WeekWhere stories live. Discover now