𝐓𝐑𝐎𝐔𝐁𝐋𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐖𝐎𝐋𝐕𝐄𝐒

499 71 6
                                    

𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎; 𝙿𝚁𝙾𝙱𝙻𝙴𝙼𝙰𝚂 𝙲𝙾𝙽 𝙻𝙾𝙱𝙾𝚂

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎; 𝙿𝚁𝙾𝙱𝙻𝙴𝙼𝙰𝚂 𝙲𝙾𝙽 𝙻𝙾𝙱𝙾𝚂

𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎; 𝙿𝚁𝙾𝙱𝙻𝙴𝙼𝙰𝚂 𝙲𝙾𝙽 𝙻𝙾𝙱𝙾𝚂

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Selene Knight había estado en lo cierto al suponer que el río por el que debían cruzar había comenzado a descongelarse debido al final del invierno, pues cuando llegaron al risco de nieve notaron los grandes trozos de hielo desprendiéndose de a poco

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Selene Knight había estado en lo cierto al suponer que el río por el que debían cruzar había comenzado a descongelarse debido al final del invierno, pues cuando llegaron al risco de nieve notaron los grandes trozos de hielo desprendiéndose de a poco.

Peter observó a sus hermanas preocupado, si no cruzaban por allí no había otra manera de llegar al campamento de Aslan. -Debemos cruzar ahora mismo. -Sentenció lo obvio.

-¿Los castores no hacen presas? -Preguntó inocentemente Lucy.

-Claro, pero no soy tan veloz querida.

Peter tomó a Lucy y a Selene de las manos protectoramente y tironeó de ellas para comenzar a descender por el risco encorvado, sin embargo, la voz autoritaria de Susan los interrumpió. -Espera, ¿no podemos pensarlo por un minuto?

Selene rodó los ojos, la vida de Edmund podía correr peligro y Susan quería detenerse a pensar. Se soltó bruscamente del brazo de Peter y la enfrentó. -No tenemos un minuto Susan, cada segundo que estamos aquí pensando el río se descongela y nos retrasamos.

-Intento ser realista. -Murmuró molesta, mirando a sus hermanos en busca de apoyo.

-No... -se sumó Peter-, tu querías como siempre ser la niña lista. -Aún más molesto, Peter volvió a tomar a ambas niñas de las manos y comenzaron a descender cuanto más rápido podían, hasta que oyeron los aullidos de los lobos que para su mala suerte no se oían tan lejanos como les gustaría.

𝐇𝐎𝐌𝐄𝐂𝐎𝐌𝐈𝐍𝐆────𝘌. 𝘗𝘦𝘷𝘦𝘯𝘴𝘪𝘦Where stories live. Discover now