Whatsapp (Niall Horan)

fourty three

Me apretaron el corsé del vestido más. Intenté respirar cómo me habían dicho y pude. Ahora tenían que maquillarme y arreglarme el peinado que al colocarme el vestuario se había estropeado. Estaba nerviosa. Muy nerviosa. Tanto que creía que el maquillaje que estaba siendo puesto con cautela en mi rostro se resbalaría por culpa del sudor.

-Estira los labios.

Lo hice y pasaron por estos labial rojo. Sonreí.

La obra comenzaba en una hora y media según el reloj que había en la derecha, encima del espejo en el que estaba siendo maquillado Niall. Volví a sonreír cuando me miró por este.

Cuando terminaron con el maquillaje, mis ojos resaltaban más de lo normal y mi piel brillaba a causa de la crema que me acababan de poner.

Dios, este vestido me estaba matando, pensé cuando me levanté de la butaca blanca en la que estaba sentada. Pesaba más de lo que creía y el pecho me apretaba, y respirar me costaba.

Una chica loca con el pelo azul vino corriendo hasta a mí. Abracé a Ashley cuando llegó a mí, tropezándome hacia atrás por el golpe de nuestros cuerpos. Reímos.

-¡Estás guapa y todo! -gritó, haciendo que todos nos miraran-. Es broma, es broma. Estás preciosa, Stevens.

-Tú también lo estás, Señora Capuleto.

Me besó la mejilla intentando no dejar la marca de su pintalabios en mi mejilla y se despidió yéndose hacia donde segundos atrás yo estaba siendo peinada.

Me dirigí hasta donde Niall estaba antes.

-¿Dónde está Niall? -pregunté a Cody, el chico que estaba preparando a Niall con el peinado y maquillaje.

Miró a los lados buscándolo- Ay, tía, pues no sé, osea por favor, si hace nada estaba aquí a mi ladito, qué fuerte.

Asentí y me fui a buscarle. Daba vueltas por todo el recinto. Miré tras todos los cuartos que había, pregunté a casi todo el mundo por él pero no había rastro. Además, era imposible que se hubiese ido, ya estaba listo para la obra. Me dirigí a la salida dando por hecho que estaría fuera, supuse que era lo más lógico, tras no haberle encontrado dentro del teatro.

Al salir, lo único que sentí fue frío. Pequeños copos de nieve caían al suelo, para después derretirse.

Gritaba su nombre por todos lados, haciendo que las personas me miraran más raro aun, ya que encontrar a una chica con el pelo rosa y vestida de Julieta no algo que te encuentres normalmente por la calle, a mi parecer.

Cansada me volví corriendo al instituto.

Necesitaba encontrarle y hablar con él, necesitaba encontrarle rápidamente antes de que el telón se abriera.

-¿Lo has encontrado? -me preguntó Ashley ya vestida como la obra pedía. Negué con la cabeza.

-Es peor que intentar encontrar a mis primos pequeños cuando venían a casa de mis padres -suspiré cansada apoyándome despacio en la pared.

Mi móvil vibró. Lo saqué del bolsillo de mi mochila y atendí a la llamada.

-¿Sí? Oh, vale. Em... -miré como pude el reloj que llevaba Ashley en la muñeca, girando la cabeza lo mejor que pude. Se rio y colocó su reloj en frente de mí- . Sí, aún falta como una hora. Tranquilo, vale. ¿Vendrás? Está bien.

Colgué.

-Era mi padre -contesté a la cara interrogativa de mi amiga y asintió.

Le pregunté dónde narices estaba mi hermano, a lo que me dijo que estaba ayudando a los demás a preparar el atrezo, a colocarlo en su sitio y después se fue a la cabina donde controlan la luz, a aprender rápidamente cómo funcionaba lo básico y lo necesario, ya que Tiffany estaba enferma y al final no ha podido venir, la cual era encargada de ese puesto.