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❧ 𝚅𝚘𝚕𝚟𝚎𝚛é 𝚙𝚘𝚛 𝚝𝚒 ☙
Freya comenzó a abrir los ojos lentamente, había un zumbido en sus oídos y a lo lejos podía escuchar que alguien la llamaba por su nombre. Al incorporarse pudo ver a Armin, estaba sobre el cuerpo del titán de Eren y sostenía una hoja, iba a clavársela para despertarlo. Giró su cabeza hacia atrás y miró todo el caos. Las manchas rojas habían coloreado el verde pasto y los cuerpos de todos los soldados y caballos estaban regados, dispersos por haber muerto en combate. Los cuerpos de los mástiles también habían caído y comenzaban a evaporarse. Sintió sudor frío bajar por su columna mientras buscaba con la mirada al rubio.
— Rhys, tienes que ayudar a los demás. —le pidió Armin, sus intentos por despertar a su amigo estaban dando frutos—. Entre Eren y yo acabaremos con el colosal, pero Reiner es más difícil de matar.
— ¿Dónde está Erwin? —susurró y lo miró pidiéndole una explicación. Ignoró todas sus palabras centrándose en el causante de su preocupación—. No lo veo.
— Seguro está en algún lugar buscando a los sobrevivientes, es difícil saberlo desde esta altura. —le sonrió con calidez intentando que entrara en razón—. Por favor, tiene que ayudarlos. Confié en nosotros, no necesitaremos al titán de Eren para este plan.
— Bien. —accedió levantándose lentamente. Intentó recuperar el equilibrio y comprobó que su equipo de maniobras estuviera intacto. Se despojó de aquel cinturón roto y salió en ayuda de los demás. Si se apuraba en derrotarlos tendría tiempo para encontrarse con Erwin y Levi.
Vio a Reiner nuevamente de pie y corriendo en dirección a Eren. Supuso que iba por el siendo su objetivo principal. Mikasa iba detrás de él, aprovechó que la de rasgos asiáticos le arrojara una lanza relámpago y ella hizo lo mismo usando la que Armin le había entregado. En aquel momento pudieron derribarlo impidiendo que se acercara a Eren o a Bertholdt para ayudarlo.
— ¡Oigan! —Jean apareció de inmediato y suspiro de alivio al ver que la rubia se encontraba bien. No mencionó nada, pero sus ojos lo decían todo.
— Si no podemos distraerlo, tenemos que matarlo aquí. —dijo Mikasa y Freya asintió en afirmación. Estaba impaciente y con leves punzadas de presentimientos no gratos.
— Ya no podemos seguir jugando. —arrastró los mechones dorados que tenía pegados al rostro y limpió el hilo de sangre—. Tenemos que acabar con esto. Los de allá fuera tuvieron un terrible enfrentamiento. Hay que vengar esas muertes y hacer que esto valga la pena.
— Nos quedan tres lanzas relámpago. —informó Connie.
— Entonces Connie y Sasha dispararán en cada lado de su boca para romperle la mandíbula. —planeó lo más rápido que pudo. Tenía que acabar e ir afuera para buscar a su hermano. En ese momento nada más ocupa su cabeza más que el pensamiento de Erwin—. Cuando su mandíbula caiga Mikasa usará la última lanza relámpago y le volará la nuca. ¿Entendido?
