Capítulo uno

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Las actualizaciones ahora serán todos los Jueves.

Gracias por leer. ♡


La primera vez que BeomGyu le habló a su madre sobre una historia que le habían contado en el colegio, ella lo reprendió, le dijo que era todo una mentira y que no debía creer en cosas tan tontas, no le gustaba que le mencionara las historias sobre destinados ni ninguna historia de amor.

Su madre parecía odiar el romance.

Pero BeomGyu secretamente lo amaba. Le gustaban las historias de amor, todo tipo de romance, aunque sus favoritas eran aquellas que eran pura miel, y no soportaba los finales tristes o trágicos.

Así que a sus cortos diez años, cada vez que estaba en la biblioteca, se encargaba de encontrar un nuevo libro de romance que leer.
Su madre lo dejaba ir casi todas las tardes, ya que ahí hacia la tarea por sí sólo, y era un lugar bonito y grande donde también tomaba clases de inglés.

También le gustaba el terror, aunque a veces le causara tanto miedo que estaba tentado a dormir con su mamá.

Pero no, era muy grande ya. ¡Ya se habían caído todos sus dientes de leche! ¡Incluso era más alto que antes! Quizá un metro cincuenta y cinco en ese momento.

Para él, estaba creciendo muy bien. Esperaba que, cuando se presentara como alfa, creciera mucho más.

En su familia, los hombres eran normalmente alfas, así que se esperaba eso de él. Y él claro que quería ser un alfa, porque eran grandes y fuertes, ¡y muy protectores con sus omegas! Y aunque él no se sentía mucho como uno, asumía que la naturaleza haría lo suyo en algunos años.

Esperaba que sí, así podría ganarle a su primo SooBin en tamaño. Aunque quizá SooBin también sería un alfa. Pero para ser sinceros, era mucho más blando que él, tenía más madera de omega. Soo decía lo mismo de él, sólo por tener una "cara bonita".

Aun así, no era el tema que ocupaba su mente esos días, sino uno más misterioso. Algo de lo que su madre nunca le quiso hablar y la historia por la que estuvo enojada con él.

La historia de las marcas de emparejamiento.

BeomGyu ya suspiraba con la idea de encontrar una pareja destinada, y la idea sólo se hizo más fuerte cuando se dió cuenta que aquella marca en su muslo era tan peculiar que podía ser una de ellas. Eso lo hacía feliz, y lograba que no se sintiera tan sólo cuando jugaba con sus juguetes en casa. Tan sólo recordar que había alguien en alguna parte del mundo con quién un día se reuniría lo reconfortaba.

En aquella inocencia, BeomGyu esperaba con ilusión el momento de conocer dicha pareja.

¿Dónde estarás ahora, alma destinada?


°




YeonJun odiaba la idea de ser un omega, y no tenía problema en hacerlo saber. Él tenía en claro que sería un alfa, no sabía exactamente cuál era la razón de tal seguridad, pero casi podía apostar su vida entera a que se presentaría como alfa. Pronto.

Los alfas solían presentarse antes, en realidad, alrededor de los trece o quince años. En los omegas era más común presentarse después de los quince.

Y él ya estaba creciendo demasiado como para ser un omega, lo que era reconfortante. Un metro setenta y cinco a tan solo doce años era una buena pista.

Estaba bien con éso, pero con lo que no estaba bien era con aquella marca.

No era gran fan del destino, por lo que poseer una marca que te recordaba lo obligado que estabas a tener pareja era molesto y ridículo.

Twisted [ YeonGyu; Omegaverse ]Where stories live. Discover now