✧ ཻུ۪۪ 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐃𝐎𝐌¡! 彡*ૢ 𝐬𝐚𝐠𝐚. [03]
❝ Finalmente eres libre, ¿o no? ❞
El momento de saber los secretos de la familia de Caria están a punto de descubrirse en este nuevo arco para los mellizos y la Legión de reconocimiento, la cuál tiene...
— Sasha, te arrepentirás si comes sin permiso. El capitán Levi te cortará en pedacitos perfectos para cocinar.
— ¡No comeré nada! Creo...
Sostuve los troncos de madera cuidadosamente sin astillarme, a la vez reí con la conversación que llevaban mis dos compañeros.
— No creo que el capitán sea tan... Malo. —canturreé—. O bueno...
Entramos por la puerta que rechinaba al abrir, sonreí cuando mis ojos se encontraron con los esmeralda de mi persona favorita.
— ¡Oe, oe! ¿Se sacudieron el polvo y la suciedad antes de entrar? —nos amenazó Eren con la escoba al poder de sus manos. Jean pronunció confundido mientras dejaba unos costales en la superficie de un estante.
— No. ¿Acaso no ves que vamos cargados? —terminó de acomodar las cosas.
Eren se le acercó con la paranoia asomándose en su rostro, reí discretamente por la reacción.
— ¡Lo siento, Eren! —pedí disculpas inclinandome ligeramente hacia delante.
Me miró por unos segundos y regresó a su posición defensiva.
— Artemisia queda librada. —se aclaró la voz y miró a Jean—. Y tú, ¿crees que el capitán Levi quedará satisfecho con la limpieza? Si no te hubiera hecho la cama esta mañana...
Jean apretó la mandíbula, — ¡Cállate! ¡No eres mi madre!
Historia y Mikasa aparecieron por la entrada de la pequeña casa provisional en la que nos encontrábamos descansando. Les sonreí y ellas a mí como saludo.
— Bienvenidos. —dijo Mikasa con suavidad y cargando en su hombro un hacha mediano.
— ¿Fueron a cortar leña? —Armin se acercó a mí, que me vio con los troncos más grandes.
— Necesitamos hacer ejercicio. —respondió la azabache igual de inerte.
— De Artemisia lo entiendo... ¡Pero Mikasa! ¡Te agarró un Titán! No deberías moverte...
El más alto de todos llegó a la casa con mucha más leña cargando en un brazo, los que estábamos en la habitación dirigimos nuestra atención al de ojos azulados, a lo que él enarcó una ceja.