𝗙𝗥𝗘𝗘𝗗𝗢𝗠 𝗢𝗡 𝗧𝗛𝗘 𝗥𝗔𝗠𝗣𝗔𝗥𝗧𝗦, eren j. [snk]

❁ཻུ۪۪🔖ꦿ 𝗣𝗔𝗥𝗧𝗘 𝗗𝗜𝗘𝗖𝗜𝗦𝗜𝗘𝗧𝗘.

❝ꓸ᭄ꦿ⃔𝐅𝐑𝐄𝐄𝐃𝐎𝐌 𝐎𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐑𝐀𝐌𝐏𝐀𝐑𝐓𝐒 ━━━━ 𝐞𝐫𝐞𝐧 𝐣𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫. 
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴄɪsɪᴇᴛᴇ: ᴍɪ ᴄᴏʀᴀᴢᴏ́ɴ ᴘᴜᴅᴇ ᴇɴᴛʀᴇɢᴀʀ ᴀ ʟᴀ ᴇsᴘᴀʟᴅᴀ ᴅᴇʟ ᴀᴛᴀʀᴅᴇᴄᴇʀ ᴀʟ ғɪɴᴀʟ ᴅᴇ ʟᴀ ɴᴏᴄʜᴇ ϙᴜᴇ ᴀᴠᴀɴᴢᴀʀᴀ́ ¿ᴅᴏɴᴅᴇ ᴇsᴛᴀ ᴇʟ ᴘᴀʀᴀɪ́sᴏ sɪɴ ᴍᴀ́s? 
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

— Hoy es una noche especial, pero evitemos que los civiles se enteren. Demuestren que un soldado sabe comportarse.

Artemisia y Olympia miraban asombrecidas al plato enorme en la mesa, tenían unas ganas incontrolables de comer, pero estaban tan en shook que no podían reaccionar.

— ¿Carne...? ¿Eso es carne...? —Connie tragó en seco, observando tal como estaban Olympia y Artemisia, junto a su mejor amiga Sasha.

La chica patata se puso las manos en la cabeza.

— ¿Es esto cierto?

— Celebremos que mañana retomaremos la Muralla María. ¡Salud!

Todos al instante empezaron a crear bulla, provocando que los tímpanos de todos hicieran eco con los gritos intensos por las ganas de comer carne.

— ¡Olympia, no! —Mikasa tomó de los brazos a la cariana, se notaba su sed de carne.

— ¡Extraño la carne! —chilló, intentando tomar un poco de ella.

Artemisia se lanzó al plato, y aprovechó para agarrar comida, a la par en que Orlando se le tiraba encima para quitarle de su comida, ambos reían, pero se querían matar por dentro para ganarse la comida del otro.

— ¡¿Qué te crees que haces, mujer patata?

Jean le gritaba a Sasha, quien tenía el gran filete de carne entre sus dientes con una mirada aterradora, Connie la sostenía de las axilas con tal de alejarla de la mesa.

— ¡Detente, Sasha! ¡Por favor, no quiero matarte! —lloriqueó el pelón.

— ¡No te lo comas todo tú sola!

En eso, Sasha mordió la mano de Jean, a lo que este soltó un grito de dolor.

— ¡Me mordió!

— ¡Sasha, esa carne es Jean! ¿Ya no la distingues?

La de cabello castaño soltó un golpe al rostro de Marlowe.

— Están dementes. —dijo Eren, mientras veía de fondo cómo los mellizos se jalaba las orejas y se mordían las manos de igual manera.

— ¡Mierda! ¡Déjame comer! —Olympia se resistía en los brazos de Mikasa.

— Vamos, es solo tu cuarto día como soldado. —la asiática intentó detenerla.