𝗙𝗥𝗘𝗘𝗗𝗢𝗠 𝗢𝗡 𝗧𝗛𝗘 𝗥𝗔𝗠𝗣𝗔𝗥𝗧𝗦, eren j. [snk]

❁ཻུ۪۪🔖ꦿ 𝗣𝗔𝗥𝗧𝗘 𝗩𝗘𝗜𝗡𝗧𝗜𝗖𝗜𝗡𝗖𝗢.

❝ꓸ᭄ꦿ⃔𝐅𝐑𝐄𝐄𝐃𝐎𝐌 𝐎𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐑𝐀𝐌𝐏𝐀𝐑𝐓𝐒 ━━━━ 𝐞𝐫𝐞𝐧 𝐣𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫. 
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪᴄɪɴᴄᴏ: ʟᴀ ᴅᴇsᴄᴏɴғɪᴀɴᴢᴀ ʏ sᴜ ᴄᴀsᴛɪɢᴏ. 
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El frágil sonido de voces ajenas provocó el despertar de Artemisia, se sentó agitada sobre la cama y se tapó el rostro llevándose las manos a este, para después proseguir a romper en llanto.

— ¿Artemis? —llamaron varias personas a la vez.

No dejaba de moquear y sollozar, lo que acababa de ver la llevaba a la ruina y la desesperación.

— No... Entiendo nada... —dejó su cuerpo caer contra el colchón sin permitirse pestañear.

— Artemisia, soy Eren. ¿Qué pasa? —el castaño se pegó a los barrotes, sin poder visualizar al lado a su amante—. ¿Por qué lloras? ¿Te lastimaste?

Entre abrió los labios, dejando fluir sus pensamientos. Se sorbio los mocos y removió las lágrimas que resbalaban continuamente por sus mejillas.

— No, estoy bien...

— ¿Qué te sucede? —ahora Orlando se había agarrado de los barrotes de su prisión al otro costado.

La fémina pasó la vista al techo rocoso de la pequeña prisión donde ahora debía pasar los días. Haber golpeado al capitán y desobedecer las reglas de las fuerzas militares era muy grave, de hecho, ella debía pasar más días que sus otros compañeros debido a los golpes que le dio al capitán Levi,  los secretos que se guardó sobre la vida fuera de las murallas.

Además, contó lo que vio en su primeras memorias, o almenos lo más importante que recordaba. En especial la existencia de Caria, Marley, y que su prima es proveniente de otro país fuera de aquí.

Olympia está en custodia de Hanji Zoe actualmente.

— Solo vi cosas. —ladeó la cabeza y movió sus largos y finos dedos blanquecinos—. Memorias de mamá antes de morir. Ya sé lo que sucedió con ella cuando comenzó lo de la caída del distrito.

Armin, Mikasa, Eren y Orlando palidecieron.

— ¿De verdad? —murmuró su mellizo, con un toque de tristeza.

— Artemis... —Eren la llamó, algo apenado y decepcionado—. ¿Por qué no nos contaste sobre tus memorias desde antes? Hablábamos contigo de nuestras dudas del exterior, y tú ya lo sabias todo.

Cerró los ojos, exhausta.

— No sabía cómo iban a reaccionar, aunque admito que estuvo muy mal de mi parte habérmelo guardado. —alborotó sus cortos cabellos con la mano.

Últimamente sentía que se volvería loca.

— Demasiado... —suspiró el de ojos verdosos.