¿FINAL?

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Jennie sentía como la lengua de Lisa quería encajar en su boca, había extrañado tanto aquellos labios adictivos

Pero no se la dejó fácil, Jennie kim nunca pierde

— ¡No me vuelvas a tocar en tu maldita vida, Manoban! — una fuerte cachetada llegó al rostro de Lisa

La mano temblorosa de la tailandesa subió hasta su roja mejilla, no podía creer que su Jennie la había golpeado, pero sabía que lo merecía

— ¡Mamá, no! — la pequeña Lía, desesperada, fué a abrazarse a las piernas de su castaña madre — ¡Mamá, para! ¡Para por favor! — lloraba la mini castaña, ella era feliz con su nueva familia y no sabía en qué momento se había destruido

Jennie vió el estado en el que se encontraba su hija y la hizo volver a la realidad, y con eso también sus fuertes dolores de cabeza

Lisa no estaba respirando, por su mente pasaban miles de insultos hacia ella misma y la forma en la que estaba perdiendo a su esposa, tenía aún su mano en su mejilla mirando hacia la nada

Jennie no le dió importancia a Lisa, unos mareos se hicieron presente en la coreana, si no se recostaba ahora se desmayaría en el frío suelo

— ¡Tendrás que pagarme un hospital! ¡Estás loca! ¡Te voy a denunciar con la policía! — gritó Sooyoung, con un rastro de sangre por toda su frente, cuando recobró la conciencia

Jennie estaba harta...

— ¡Muérete de una vez, maldita imbécil! — no aguantó más, sacó su arma de la cintura de sus pantalones, la cargó con fuerza y apuntó a Sooyoung haciendo reaccionar a Lisa

— ¡Mamá, por favor para!

— ¡Jennie! — Lisa corrió hasta la castaña y la abrazó por detrás tratando de detenerla — J-Jennie... por favor para, mi amor.... — sollozaba  — M-mira como tienes a Lía — la coreana apretaba con fuerza su arma queriendo plantarle una bala en la frente a la asustadiza mujer del piso

Jennie vió los ojitos tristes de su hija y decidió bajar el arma con frustración quitando de la misma manera los brazos de Lisa de su alrededor

— No me toques, te lo advierto — amenazó

— J-Jennie, tranquila — suplicaba — N-no quiero que le pase algo malo a mis bebés

La gran carcajada de Jennie se escuchó en aquel salón como si Lisa hubiera contado un épico chiste

— ¿Cómo estás tan segura de que son tus mocosos? — guardó su arma entre risas

— ¿Q-qué? — Lisa retrocedió, su corazón palpitó de dolor — ¿D-de qué estás hablando? — Jennie rió al ver la tristeza en sus ojos

— Por desgracia si lo son — contestó burlona — Pero quiero ver como vas a mantener tres mocosos después de que nos divorciemos y te pida la manutención cada mes, mi amor

— ¿D-divorcio? — Lisa cayó de rodillas y se abrazó a las piernas de Jennie cuando esta estaba dispuesta a irse — J-jennie no.... Jennie por favor....

— ¡Sueltame! ¡No seas patética, Lisa! — trataba de salir de su agarre

— ¡Perdóname por favor! ¡Te lo suplico! ¡Por favor, perdoname! — lloraba, Lisa le estaba pidiendo disculpa de rodillas

— ¡Sueltame! — Jennie no midió su fuerza, y con toda la furia que sentía dió un gran rodillazo a Lisa en la misma mejilla cacheteada haciéndola caer al suelo escupiendo sangre rápidamente de su boca hinchada

— ¡Aahhh! — el golpe fue tan fuerte para Lisa, pero no como el de su corazón —¡Me duele! ¡me duele! — ni siquiera Mark le había golpeado tan brusco y eso que quedaba inmóvil por días

Señora Manoban | Jenlisa Where stories live. Discover now