Epílogo: Cuando el amor aparece

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Se despertó por el movimiento en la cama, la luz del sol se filtraba vagamente por la ventana y él arrugó el ceño debido a la interrupción.

Su cabeza dolía y ni hablar de su garganta, por lo que encogiéndose en si mismo trató de seguir durmiendo, pero nada pudo hacer cuando sintió un beso sobre su mejilla y luego otro. Parpadeo, apretando los párpados con el deseo de seguir durmiendo. Pero no lo logró,  después de todo un peso ligero cayó sobre su cadera y empezó a recibir múltiples besitos en todo el rostro, suspiró profundamente y abrió los ojos.

Frente a él, con una sonrisa que hacía achicar sus ojos felinos y abulta sus mejillas regordetas estaba su cachorrita. Con el cabello azabache alborotado en todas las direcciones y un rastro de baba en la comisura de sus labios gruesos.

---Buenos días, papi –canturreó abrazándose a su torso.

Sonrió acariciando los cabellos alisados de su niña y luego volteó la vista hacia su alfa, quien permanecía parado al lado de la cama con los brazos cruzados y una sonrisa tonta.

---Buenos días a los dos –dijo, alzando de su cadera a la pequeña y tomándola en brazos mientras se sentaba– ¿Ya es tarde?

---Son las diez y quince –murmuró YoonGi, acercándose a verificar la temperatura del omega– ya no hay fiebre, ¿aún te duele la garganta?

JiMin asintió despacio, con los ojos aún somnolientos parpadeando para poder despertar por completo.

---Te traeré jarabe, –volvió a hablar, esta vez acercándose a besarle la mejilla, acto que provocó que JiMin cerrara los ojos de gusto– eso ayudará a la irritación.

El alfa desapareció de la habitación y así su atención volvió hacia su hija.

---¿Ya desayunaron?

---Nop, ninguno de los dos tenía hambre –respondió restándole importancia, JiMin le miró con reproche– ¡No me mires así, papi! No tenemos apetito si tú no desayunas con nosotros.

No soportando la ternura de su cachorra, apretujó sus mejillas rechonchas, esas que él le había heredado, y llenó de besos la carita de la menor.

---Eres tan bonita –chilló abrazandola a su pecho.

No podía creer que su pequeño bebé ya estaba en los cinco, el tiempo había volado y él sólo se sentía nostálgico de ver crecer a su pequeña. La niña había heredado tanto de YoonGi que a veces era difícil lidiar con el carácter malhumorado de los dos juntos, y que decir de los gestos idénticos que los dos tenían, y esos felinos ojos profundos que lo tenían tan enamorado.

---Vamos a desayunar –habló YoonGi entrando nuevamente a la habitación, en sus manos llevaba un pequeño frasco de jarabe y tanto el omega como la cachorra arrugaron el rostro porque los dos odiaban las medicinas– no sean llorones y vamos a comer, y ni crean que se librarán de beber la medicina después.

JiMin bufó palmeando la espaldita de la cachorra para poder salir de la cama. La niña rápidamente se colocó sus pantuflas de pollito y tomó la mano de su papi para bajar a desayunar.

La mesa se encontraba ya servida y YoonGi ayudó a su cachorra a subir a su sillita de bebé, la niña era lo suficientemente inteligente como para comer sola y en una silla de adulto, pero aún así JiMin no le dejaba debido a que aún era muy pequeña para alcanzar la mesa además de que de vez en cuando le daba comida en la boca. YoonGi negaba divertido cuando eso pasaba más no hacia nada para controlar el lado sobreprotector y mimoso de su omega.

---Esta muy rico~ –chilló la niña comiendo grandes porciones de manzana picada.

---Lo mío está mejooor –aludió JiMin metiendose cucharada tras cucharada del cereal de hojuelas de chocolate.

When Love Appears ; YoonMin»윤민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora