Coincidencia (AU Moderno)

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[Rayla y Callum]

Callum salió de su casa, lo único que quería era distraerse un rato. Esa semana no había sido la mejor para él, sabía que podría haber días peores, pero simplemente quería que ese acabara ya.

Caminó por la calle mirando sus zapatos. Su cabello se encontraba desordenado sobre su cabeza, su ropa holgada y su bufanda roja ondeaban con el fuerte y frío viento de la noche. La luz de la luna, además de unas cuantas lámparas, iluminaban la acera por la que caminaba.

Se dirigía a una pequeña cafetería a unas cuantas calles de su casa. Le encantaba ir ahí, atendían rápido y la comida sabía muy bien, al menos para su paladar de adolescente.

Solo esperaba que aún estuviera abierto.

Camino un poco más rápido, solo un poco. Le importo un carajo ver la hora antes de salir de su casa, así que no sabia si a la cafetería aún le quedaba una hora abierta o de plano ya llevaba una hora cerrada. De echo ya tenía casi toda la tarde que no le había echado un ojo al reloj.

Camino un poco más rápido, no quería que este día se tornara más gris. La luna lo seguía al caminar.

Dio la vuelta a una esquina y llegó. El lugar seguía con las luces prendidas y el letrero que decía "Abierto" contra la puerta de cristal. Se veía solo.

Callum cruzo la calle, atravesó la puerta y, como imaginaba, el lugar estaba totalmete desolado. Las únicas personas ahí eran el hombre del mostrador... y otra chica. Estaba sentada en la mesa de la ventana de la esquina.

Un elfa.

Su cabello albino le caía en la cara, aunque tuviera una cinta verde sujentandole el mismo por la parte de atrás. Tenía la ropa algo sucia, la cual era deportiva. Estaba leyendo un libro y tenía una bebida de un rojo profundo a su lado.

Al escuchar el sonido de la puerta abriéndose, la chica levantó la mirada. Aún así la cara no se le pudo ver. Al darse cuenta que solo había entrado Callum volvió a centrar su mirada en el libro que estaba sobre la mesa que tenía frente a ella.

Callum nunca antes había visto a esa chica.

—Hola, Gren— saludó Callum dirigiéndose hacia el mostrador.

—Hola, Callum— saludo aquel hombre pelirrojo con una sonrisa— ¿No es algo tarde?— preguntó.

Callum miró el reloj. Las 8:52 pm. Se cerraba a las 9:00 pm.

—No... tuve tiempo en todo el día— dijo Callum apenado.

—No te preocupes, ¿lo de siempre?— preguntó Gren.

—Si, por favor— dijo Callum.

Gren se alejó del mostrador un momento. Preparó un café y tomó una pequeña pieza de pan de una bandeja y se la entregó a Callum, el cual se dispuso a pagar.

—Gracias, Gren— dijo Callum con una sonrisa, de las pocas que había logrado articular en todo el día.

—Para servirte— dijo Gren dejando el mostrador.

Callum se dio la vuelta y pensó en sentarse. El lugar estaba muy solo como para pensar en estar sentado igual. Ese día no fue el mejor, y el lo sabía. Aún así, algo en su interior lo impulsó a hacer algo que hiciera feliz a alguien más.

Se acercó a la mesa en la que estaba sentada aquella chica, jalo una silla y se sentó en la mesa. La chica lo miró con confusión en su rostro. Quiso volver a centrar la vista en su libro, pero simplemente no pudo.

—Hola— saludó Callum.

—¡Oh! Hu... ¿hola?— dijo la chica.

—¿Qué estas leyendo?— preguntó Callum queriendo sacar conversación.

~°•One-Shots Rayllum•°~Where stories live. Discover now