22

6.7K 1K 1K
                                    


Tsukishima estaba feliz, muy feliz, adoraba cuando yamaguchi corría a sus brazos y hundía su rostro en su pecho, cuando entrelazaban sus manos mientras caminaban, también amaba cuando ambos escuchaban música juntos y de vez en cuando rozaban levemente su meñique en un intento de hacerlo "disimuladamente" aunque ambos sabían que era para estar en contacto y como no amar la nueva manía de yamaguchi, era una de las favoritas del rubio, los besos en la mejilla.

-¡Tsukki!.- Saludo yamaguchi. Había llegado a la casa del rubio para terminar un trabajo.

-Hola guchi.- El pecoso entro a la casa no sin antes dejarle un beso en la mejilla.

Akiteru miro toda la escena con la boca abierta. En qué momento se volvieron más cercanos.

-Hola Yamaguchi.-Saludo el mayor.

-¡Hola!.- Saludo el niño.

-Vamos a ir a mí habitación.- Tsukishima camino hacia su puerta pero su hermano lo interrumpio.

-¿Porque no estudian acá? Es más fácil con la mesa.- Apunto al frente, dónde se encontraba la mesada.- Total mamá se fue hace un rato y yo quizás pueda ayudarlos un poco si tienen problemas, ¿les parece?.-

-¿Enserio?, Gracias akiteru.- el pecoso sonrió.

Los dos niños se sentaron en la mesa y acamodaron sus útiles, cómo era de costumbre yamaguchi tomaba la mano de Tsukishima. El pecoso era el que tenía letra más linda así que, por lo general, el copiaba las respuestas mientras que el rubio de dictaba.
Sus manos estaban entrelazadas, no se separaban ni un segundo, aunque a yamaguchi se le movía mucho la hoja, Tsukishima, con su mano libre, la sostenía.

-¿Porque no se sueltan las manos?.- Dijo Akiteru saliendo de la cocina con un vaso de agua. Le gustaba molestar a su hermano, al menos un poquito.

Ante la pregunta yamaguchi se sonrojo y Tsukishima arrugó el entrecejo.

-Que te importa.- dijo Tsukishima. El peliverde soltó la mano del rubio.

-Es mejor así Tsukki.-

-Pero..- Yamaguchi le sonrió y el rubio suspiro.-Bien.-

-Ya,¿Y que pasó con tu niño Bonito Tsukishima?.- Akiteru se sentó en la punta de la mesa.

-¿Que?.- Pregunto el menor.

<<No tuve que aceptar quedarme en la sala>> pensó Tsukishima.

-¿No te dijo Kei nunca sobre su niño bonito?.-

-Ya cállate.- Dijo entre dientes.

-No, ¿Quien es?.-

Akiteru elevó sus hombros.- No lo sé, es anónimo.-

El pecoso hizo una "O" con sus labios.

-No es nadie Yamaguchi.-

-¿¿Como que nadie?? Si siempre estás hablando de tu niño bonito, niño bonito.- Tsukishima se paró de la mesa y tomo la muñeca de yamaguchi juntó con todos los útiles que podía agarrar y se fueron a la habitación del rubio.

-¿¡Que paso!?.- Dijo yamaguchi cuando llegaron a la habitación.

-Nada.- Ordenó los útiles en su mesita y se sentó en el suelo.- Vamos a estudiar.

-¿No vas a hablarme del niño bonito?.-

-¿¿Por que no?? ¿¿Porque dices que es bonito??.-

-porque es bonito.-

-Pero los niños no son bonitos..- Se sentó al lado de tsukishima.

-¿No?.- El contrario negó.- ¿Yo soy bonito?

-Si, bueno, si pero porqué eres Tsukki y eres bonito.-

-Bueno Mi niño bonito es más lindo que yo.-

-No lo creo.-

-¿Por que?.- Yamaguchi se acercó a Tsukishima, puso sus manos en el rostro ajeno.

-No creo que sea posible, es decir eres muy lindo, su cabello es rubio, tus ojos son como oro y los lentes te quedan bien.- Le quitó los lentes por un momento.- Y sin ellos también te ves bien.

-Gracias.- Sonrió, acaricio el cabello de yamaguchi viajando hasta la mejilla ajena.

-No entiendo por qué no tienes novia..- Abulto sus mejillas.

-Agh!.-Tsukishima suspiro frustrado y se tiró al suelo con un poco de agresividad.

-¿Dije algo malo?.- Pregunto el pecoso.

Préstame atención - TsukiyamaWhere stories live. Discover now