Capítulo 𝑽𝑰𝑰

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En ese momento en que se llevan a Iván y Rocío, llegan Mar y Thiago buscando a Valeria. Valeria los ve y se dirije hacia donde están ellos. Estaba muy preocupada por sus sobrinos, temia de que les pasara algo.

—¡Chicos! —Entra Vale y se dirije a Mar y Thiago—. Rocío e Iván desaparecieron, se los llevaron en una camioneta. Intente evitar que se los llevaran, pero fue imposible.

—Vale —Thiago se acerca a ella y la abraza— Vos ¿estás bien?

—Sí, hay que ir a buscarlos, chicos.

—¿Dónde estará mi chiquita? —Dice Mar preocupada y abraza a Thiago.

—Vale, ¿Dónde los viste? ¿Viste quién se los llevó? —le pregunta Thiago.

—No vi las caras, pero eran un chico y una chica. —Dijo ella.

—Espera, ¿Entonces se los llevaron así nomás? —pregunta Mar.

—No, parece que los durmieron, hay que ir, vamos

—Vos y Mar se quedan —les dice serio—. Voy a avisarle a los demás chicos.

Narra Alai.

Santino se alejó para atender una llamada, no hemos encontrado a tía Valeria.

¿En donde estará? -pensé.

En eso Santi se acerca con una cara de preocupación.

—¿Qué pasó? —le pregunté.

—Secuestraron a Rocío e Iván.

—¿Y la tía Vale?

—Ya apareció —Me dice él y subimos a la camioneta.

Cuarto de control de Carla.

—Bueno ahora hay que examinarlos —Les dijo Carla a Jessica y Mateo.

—¿y después?

—Los dejarán en otro lugar lejos del Mandalay

Jessica y Mateo los examinan, pasan un aparato por todo su cuerpo y después les inyectan una sustancia.

—No tienen nada —dice Jessica.

—Llévenlos a donde tienen que despertar —Ordenó Carla.

Tanto Jessica como Mateo hicieron caso a las ordenes y desconectaron a Rocío e Iván, los pusieron en sillas de ruedas y los llevaron al lugar que indicó Carla.

En otro lugar:

~Pueblo La buena estrella.~

—¡Corran, dale! —gritó el chico mientras corria juntos con sus compañeros, huyendo de unos hombres de negro, estaban armados y llevan rato persiguiendolos.

—¡Esperame, Dani! —gritó la joven ya cansada, llevaban mucho corriendo y ella ya no podia más. Su amigo agarró su brazo haciendola apurar.

Él miró hacia atrás viendo que habían perdido a los hombres de negro, —Los dejamos atrás pero no por mucho tiempo —dice y voltea a ver a su amiga, después a sus demás compañeros—. No podemos quedarnos aca, si nos encuentran nos matan. Tenemos que encontrar un lugar donde escondernos y poder pasar la noche.

—Ay —respiró profundo la chica parando de correr y respirando hondo—. Ya no puedo más.

—Tranquila, ¿Sí? —la abrazó y frotó su espalda—. Nos vamos a ir de aquí.

—Dani, no quiero volver a ese lugar, me lastimaron mucho. —dijo ella cuando se separó de él.

—Ahora nadie más te va a lastimar, Lea, yo te voy a cuidar, lo prometo —le dijo y después se dirijo a sus otros compañeros—. Nosotros tomaremos nuestro camino, ya los ayudé a escapar. Pueden ir a donde ustedes quieran —todos protestaron pero al final terminaron accediendo. Daniel ya tenía un plan solo era cuestión de convenser a Lea—. Tengo algo que mostrarte, Lea —le dijo y ella le prestó atención, se sacó su mochila de encima y la abrió para sacar dos boletos—. Nos vamos de acá.

—¿Enserio? ¡Cómo conseguiste esos boletos?

—Eso ya no importa —le dice él—. Lo importante es que nos iremos de aquí y que vamos a ser felices fuera de este lugar.

—Eso espero, solo quiero seguir mi vida fuera de acá.

—Lo haremos, sé que algún día vamos a lograr lo que queremos y lo haremos juntos —agarró su mano y ella sonrió.

Los chicos llegaron a la parada del colectivo y rápidamente entregaron sus boletos y subieron al autobus. Sus vidas nunca fueron fáciles, ni la de Lea ni la de Daniel.

Daniel era un chico de calle, trabajaba limpiando y lavando autos en la entrada del pueblo, era un chico alegre, ya que amaba su trabajo y ganar su dinero por su cuenta, aunque no todo era sonrisas y trabajo para él. Daniel es huérfano, sus papás habían muerto en un accidente cuando él tenía apenas seis años y desde entonces el castaño se quedó solo y tuvo que buscar en donde vivir. Hasta que llegó a un orfanato, ahí lo recibieron bien, hasta que lo empezaron a explotar los mismos hombres que hoy lo persiguieron, ellos fueron quiénes le arruinaron la vida al obligarlo a meterse al mundo de los robos y drogas.

Por otro lado está Lea, a ella la dejaron en la puerta del orfanato cuando solo tenía meses de nacida. Su vida en las calles había hecho mierda sus sueños, cada noche volvía al lugar dónde dormía llena de dolor, a veces terminaba golpeada por sus mismos compañeros del orfanato o sus jefes al desobedecer. Cada noche miraba al cielo y cerraba sus ojos diciendo "Que nada de lo que pasa es verdad, todo va a pasar y seré feliz". Luego de eso se acostaba y lloraba hasta quedarse dormida.

Ambos se conocieron desde pequeños y formaron un lazo muy fuerte. Siempre lucharon por salir juntos y lo lograron.

Pero aun no acaban los riesgos y ellos deberian saberlo más que nadie. La vida les dará muchas sorpresas, tendrán que afrontar hasta las más grandes consecuencias.

Parque, con Iván y Rocío.

—Ay, ¿Qué me pasó? —dice Rocío y mira alrededor—. ¿Dónde estoy? —mira a Iván al lado suyo— Iván despertate —le da cachetaditas suaves.

—¿Qué pasó —se levanta Iván y se toca la cabeza—. ¿dónde estamos? ¿qué haces acá?

—Me perdí con vos, se ve —Rocío también se levanta y se va caminando.

—¿Se puede saber a dónde vas?

—A casa a ver si hay una explicación para esto, nos secuestraron, ¿qué no ves?

Colegio Mandalay.

—¿Dónde estarán? —Preguntó Mar preocupada al borde del llanto.

—Ya pasaron dos horas —dice Thiago y mira a Mar que está llorando—. No llores mi amor, ya la encontraremos.

—¡Papás! —llega Rocío corriendo y los abraza fuerte.

—Mi tuerquita —dice Mar, le agarra la cabeza y la revisa—. ¿Estás bien, heridas, cicatrices algo?

—Nada de nada, che, estoy bien —sonríe Rocío y los abraza otra vez.

Casi Ángeles 5ta temporada- La etapa final.©Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum