XVII

28 10 2
                                    

Querido amigo...

Me encantaría. Maldita sea, claro que me encantaría. Me encantaría poder coquearte en tu cara, hacerte ver cuánto te quiero. Me encantaría conocerte por completo.

Eres la primera persona con la que siento un sentimiento real, serio, no de niños pequeños. Pero así como siento cosas lindas me siento extraño, peculiar. Es triste pensar que mientras yo entro en alguna crisis o en un extraño remolino de sentimientos a ti quizá ni te importo. Eres algo distante, no te termina de gustar expresar tus sentimientos, y creo que ese es otro problema más a la lista, pues no sé si tú estarías dispuesto a estar con un chico, o más específicamente y sin tantas etiquetas, conmigo.

Y quizá suena simple. Quizá sea una simple atracción. Quizá estoy soñando con los ojos abiertos. Pero las personas no saben cuántas cosas pasan por mi cabeza cuando me veo normal, cuando sonrío, cuando duermo, cuando lloro. No son todas cosas malas, pero tampoco son todas cosas buenas. El punto es que en mi mente tú tienes un lugar, un lugar que supongo ya tendré que ver si boto a la basura o dejo que continúe en proceso de construcción.

Hasta hace poco entiendo y reconozco que me gustas. Supongo que antes sí que me pasaban pensamientos sobre ti por mi cabeza, pero los descartaba. Pasé mucho tiempo confundido. Es curioso y molesto como las personas creen que son necesarias etiquetas, pero ahora que tengo una, me siento mejor, más definido, esa es la otra parte curiosa.

Realmente no sé si algún día habría una oportunidad entre tú y yo. Eres algo un poco complicado, pero aquellos momentos de amistad que pasamos juntos, aunque fuesen segundos, son recuerdos que se me hacen valiosos, que hasta hoy en día entiendo su importancia. Hasta las cosas simples se han vuelto valiosas para mí...

Me encantaba cuando utilizabas tu chaqueta de mezclilla de color negro a principios del año anterior y yo andaba la mía celeste. Cuando aquella vez, el año antepasado me puse siete abrigos en la clase de Ciencias y el último fue el tuyo. Cuando te di un abrazo, aunque tú te sentiste un poco extraño. Cuando me compartías tus locos pensamientos y yo me reía. Cuando yo te mostré Wattpad y desde entonces te convertiste en un lector anclado allí. Y desearía decir "ahora" y no "cuando", nadie tiene idea cuanto desearía eso...

Ahora que entiendo qué siento realmente, mejor callo, porque ya no hablamos casi, y no quiero que eso se convierta en un "nunca"; no sé cómo reaccionarías tú y no lo quiero arruinar. He intentado acercarme a ti, desde hace poco, pero sin mucho éxito. Pero no me rendiré, al menos no pronto. Ojalá no hubiese cuarentena, las cosas serían más divertidas e interesantes...

Una vez leí un libro llamado "Justifícame tú amor". En el, una chica se le declaraba a un chico y él quería que ella justificara sus sentimientos, y ya que aún no tengo el valor ni puedo hacerlo, escribiré...

Tú sonrisa, tus ideas (las normales, las divertidas, las espontáneas, las dramáticas, las alocadas, las fuera de lugar, las pervertidas), tu actitud sarcástica y despreocupada, tu lealtad, tus gustos musicales y literarios, tu lindura, tu estatura, tu cabello, tu risa, tus ironías, tu rapidez para terminar un trabajo en clase, a "Stella", tu chaleco de mezclilla, tus mejillas, tus amistades con los demás, tu confianza, tu perversión y locura... Hay demasiado. Pero sé que aún hay más y me encantaría conocer lo que falta, pero no puedo hacer eso de manera abrupta.

Algo que aprendí es que cada quien debe cuidar de su felicidad, y no puede hacerla dependiente (al menos no totalmente) de otra persona, así que, aunque me duela, si las cosas no salen como me hubiese gustado, lo aceptaré. Si en cambio todo sale bien, vaya, sería la persona más afortunada del mundo.

Y sí, quizá yo no te interese o quizá no conozcamos al otro totalmente, pero trataré de hacer que las cosas salgan bien, y haré lo que pueda, aún con errores, pues aún en un error se puede encontrar belleza. Lo bueno de al menos conocer una parte de ti es que sé cómo puedo actuar contigo, qué puedo hacer, tener un plan en el que al final yo termine demostrando elegancia y una sonrisa, una sonrisa que quizá no sea de alegría, pero que sea real y sofisticada, tal como a ti te gusta y a mí me gusta ser. Tenemos muchas cosas en común, pero al mismo tiempo somos distintos, que curioso. Somos como un helado de menta y uno de vainilla.

Todo es tan complicado y sencillo al mismo tiempo...

No sé qué pasará. Si todo terminará como un cuento de hadas. Si terminará aplastante, crudo y real. Si habrá un salto de tiempo. No lo sé. Lo que sé es que al menos ahora puedo decir que me gustas y que no dejaré de cruzar los dedos.
Cruzaré los dedos fuertemente y trataré de hacer lo mejor. Espero tener oportunidad alguna.
Hasta pronto.

—Anónimo.

—Anónimo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Las cosas que nunca te dije [Especial S.V]Where stories live. Discover now