🌻Capitulo 40🌻

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Narra Erwin 

Estuvimos cabalgando cuando noté que Amelie se había quedado dormida, era un poco decepcionante, pero la comprendía, había trabajado estos días en la panadería y en las noches ayudaba a la investigación que la legión llevaba. 

Entendía que estuviera cansada.

Y aunque deseaba el alma y cuerpo de la futura señora de Smith, debía ver por su salud y bienestar además de ayudarla a conciliar el sueño. 

Eso es lo que hace un buen marido y eso es lo que hacía mi padre.

****

Cuando llegamos a su casa, bajé lentamente del caballo con mi mujer en brazos, como pude amarré al animal en una barda para después entrar al lugar en silencio y dirigirme a las escaleras.

Subí con cuidado a su habitación, entré y la recosté en la cama para así yo retirarme toda la molesta ropa que había cargado todo el día y así, una vez más ligero, terminar por recostarme a su lado. 

No quería dormirme aún, quería grabar en mi mente sus perfectas facciones ya que pronto deberé volver a la legión, a combatir en la niebla en un futuro incierto que puede cambiar con cada nueva acción

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No quería dormirme aún, quería grabar en mi mente sus perfectas facciones ya que pronto deberé volver a la legión, a combatir en la niebla en un futuro incierto que puede cambiar con cada nueva acción.

Volveré.

Cualquiera que sea mi destino, volveré a tu lado porque mi corazón es tuyo.

****

No sé en qué momento me quedé dormido, pero el toque suave y húmedo de algo tocando la piel de mi espalda por lo que poco a poco comencé a despertar, curioso por saber qué pasaba.

Al enforcar la vista, lo primero que noté fue que me encontraba boca abajo y que mi mujer no estaba en la cama, pero el olor a primavera inundaba la habitación lo que me decía que ella estaba aquí. 

-Comandante.- susurraron en mi oído.

Aquella lujuriosa voz me hizo sentir un poco nervioso y me costó un par de segundos en reconocerla, pero cuando mi mente despertó, supo de quién se trataba e inmediatamente se relajó mientras disfrutaba del cálido aliento de la mujer.

-¿Sí, hermosa?- pregunté con voz grave y cerrando los ojos al sentir su cuerpo recostado sobre el mío mientras sus manos acariciaban mis brazos y su piel desnuda acariciaba la mía.

En el momento en que le contesté, sentí sus piernas acariciar las mías de manera coqueta y pequeños besos recorrer mi nuca y hombro mientras sus pechos hacían presión en mi espalda.

-¿Podría despertar?- preguntó suavemente mientras besaba mi hombro.

-¿Por qué lo haría?- pregunté curioso mientras enterraba el rostro en la almohada.

-Quisiera que me dé su atención.- ronroneó en mi oído. 

No dije nada, me producía curiosidad qué podría hacer si no le daba lo que me pedía, además de que me preguntaba por qué estaba despierta en medio de la noche actuando de sea manera.

No escuché nada de su parte, simplemente sentí como se separaba de mí, quedando sentada en mi espalda baja para así terminar por sentir sus manos masajear mi espalda; la presión y la calidez de sus manos eran un deleite para mis músculos en ese momento. 

Estaba disfrutando del masaje cuando sentí como esta terminaba por arañarme, pasando sus uñas lentamente y sin ejercer mucha fuerza para así besar y lamer mi enrojecida piel. 

Aquel ardor no me molestaba, era excitante sentirlo mientras ella me tocaba y hacía un poco de presión a mis costados con sus piernas.

-Adoro sus cicatrices.- ronroneó en mi oído mientras pegaba su cuerpo al mío y besaba mi cuello.

-¿De verdad quieres que me levante?- pregunté aún un poco adormilado sonriendo por las acciones de la chica. 

-De verdad quisiera su atención.- dijo mientras besaba mi espalda y acariciaba mis costados. 

Sin decir nada comencé a darme la vuelta lentamente, noté que su peso había desaparecido por lo que me pude mover fácilmente para así quedar boca arriba, aún con los ojos cerrados. 

En cuestión de segundos, volví a sentir su peso, pero esta vez se encontraba en mi pelvis, sobre mi miembro; una vez más no dije nada simplemente me quedé quieto.

En cuestión de segundos, sentí como algo acariciaba esa zona con movimientos circulares mientras sus manos acariciaban mi piel y su boca besaba y mordía mi pecho a su gusto. 

Dejé salir un suspiro plácido, tomé su pierna, y comencé a acariciarla y apretarla suavemente, en un intento de contener mis ansias por tomarla en este preciso momento. 

-Ya no recordaba el dorado de su pecho.- susurró mientras acariciaba el vello de mi pecho.- ¿El de abajo sigue siendo así? 

Aquello me hizo sentir un poco nervioso lo que me obligó a abrir los ojos, al mirar la encontré cubierta con una toalla, su cabello parecía un poco húmedo con una sonrisa en los labios; aquella vista me hizo tragar saliva. 

-¿Le gusta lo que ve?- preguntó sonriendo mientras pasaba su dedo por la orilla de la toalla que cubría sus pechos. 

No dije nada simplemente sonreí y coloqué mi brazo detrás de mi cabeza para así mirarla con atención. 

-Ahora ya tiene toda mi atención.- dije mirándola atento. 

Mi mujer sonrió y comenzó a mover su cadera, parecía estar bailando para mí; los movimientos que hacía provocaba que todo su cuerpo se moviera, su cabello se agitaba, sus pechos saltaban provocando que poco a poco la toalla se resbalara.

De verdad ha pasado tiempo. Demasiado hasta el punto en que ya había olvidado cómo era que ella bailaba de esa manera tan embriagante y perfecta; no sé si solo lo haga de esa manera para mí u otra personas lo hayan notado antes, pero sé que este baile... 

Solo lo podré ver yo. 

Nada más.

Sin poder contenerme más, me lancé a su cuerpo y comencé a moverlo, metiendo el rostro entre los redondos y, ahora, desnudos de la chica. 

Esta noche ella iba a volver a ser mi mujer.

Iba a dejarle mi aroma, besos y caricias impregnados en la piel.

Esta noche no iba a dejarla dormir ni podría caminar. 

Íbamos a concebir a nuestros hijos. 

CONTINUARÁ...

Lamento si no es lo que esperaban, no he tenido mucho tiempo por a escuela, pero... 

¿Lemmon?  

Con olor a flores //Erwin&tuDove le storie prendono vita. Scoprilo ora