🌻Capitulo 41🌻

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Narrador omnisciente

En el momento en que el rubio acercó su rostro al pecho de Amelie, el nudo de la toalla se deshizo, dejándola caer y exponiendo toda su piel, dejando su cuerpo a la merced del rubio. 

La boca del rubio besaba u mordía el lateral de su seno mientras su mano daba ligeros apretones a su muslo; la falta de su otro brazo le daba un poco de desesperación ya que deseaba poder hacer gozar a su mujer de la forma que lo hacía. 

Aquel pensamiento, de no poder ser como antes, inundó su mente causando un amargo pensamiento mientras una mueca aparecía en su rostro. 

-¿Qué sucede?- preguntó la chica tomando el firme rostro del hombre.

Erwin no dijo nada simplemente desvió la mirada hacia su brazo, cosa que la azabache entendió con claridad, pero eso solo le produjo una cierta gracia que llamó la atención del hombre. 

-¿De qué se ríe?- preguntó curioso, pensando que se burlaba de él. 

-Se atreve a enfrentar a este mundo con un solo brazo, pero no cree poder hacerme el amor.- dijo burlona por la clase de lógica que tenía el hombre. 

Erwin se sonrojó al escucharla y no sabía cómo sentirse, era bochornoso lo que acababa de decir y no quería verse como un idiota frente a su mujer, pero no pudo decir nada cuando esta dijo:

-Creo que debo recordarle la clase de hombre que es. 

Dicho eso, empujó suavemente el pecho del hombre, recostándolo para así deslizarse a los pies de la cama, colocándose a la altura de su pene, sonriendo mientras retiraba la única prenda que usaba el rubio. 

La mirada de Smith estaba centrada en la azabache, se sentía como un simple adolescente virgen con sus mejillas sonrojadas, atento a las acciones de la chica mientras intentaba mantener su corazón en su pecho. 

Amelie terminó retirando la tela, encontrándose con el erecto miembro del rubio, listo para ella; relamió sus labios y con suavidad tomó el miembro para así comenzar a acariciarlo de arriba hacia abajo mientras su lengua viajaba a lo largo de este.

Una corriente eléctrica recorrió al rubio al sentir las estimulantes caricias y el cálido vapor de su boca rozando su zona sensible, hasta que, sin previo aviso, fue introducido completamente en la boca de la chica, tocando así su campanilla y provocando un jadeo y la contracción de los músculos en el rubio. 

Amelie se dedicó a chupar y succionar su miembro mientras su mano libre acariciaba sus testículos, disfrutando escuchar los gemidos ahogados del rubio y el calor que poco a poco incrementaba en su cuerpo. 

-¿Se siente bien?- preguntó burlona con un hilo de saliva uniendo su boca con el miembro. 

Erwin simplemente pudo tragar saliva al ver la húmeda boca de la chica e imaginar más de una locura que quisiera hacer con su lengua y como si fuera una necesidad, se levantó para así tomar la melena azabache y jalarla, metiendo de nuevo su miembro. 

-Aghhh..- gimió la chica al sentir como su campanilla era nuevamente tocada mientras el rubio cerraba los ojos con fuerza.

La sensación que producía su boca le hizo perder la cordura, comenzando a mover la cabeza de la chica, haciéndola mamar su miembro con más rapidez y profundidad, dándole la libertar a Amelie de ella poder masturbarse. 

Los finos dedos de la azabache se acercaron a su entrepierna para así comenzar a acariciar lentamente los labios, excitando la zona, preparándola para lo que sigue mientras disfrutaba las corrientes eléctricas que la situación le producía.

Con olor a flores //Erwin&tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora