SNK: -"la última bruja"
el clan Ilazki era uno de los mayores misterios para todos los que alguna vez preguntaron sobre el mismo. nadie sabía con certeza las atrocidades por las cuales las mujeres de ese linaje habría pasado pero si se tenían rumore...
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0.28.
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Titan hembra.
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Una hora después.
El libro que Amaris leía era el mismo que Bianca le había dado unas semanas atrás, tenía un hobbie y ese era releer libros que le gustaban, claramente este no era la excepción. Se encontraba boca abajo prácticamente acostada en el suelo mientras sus compañeros hablaban entre ellos, por el momento nada había pasado y claramente nada pasaría por ahora.
—Oye, rata de biblioteca, deja de leer y ven a socializar un poco— Maxine se acercó tapando el sol que le daba a la joven, con esto ella logro captar la atención de la menor.
—Estas tapándome el sol, Maxine.
—¿Creés que no lo sé? Estás actuando raro desde la mañana ¿Qué tienes?— se sentó a un lado y por ello Amaris suspiro dejando el libro, lo cerró dejándolo a un lado para finalmente sentarse.
—¿Alguna vez sentiste que alguien te vigila? Es decir que está detrás de ti constantemente, como sí, no lo sé...
—Sí balbuceas, no te entenderé— la mano de Maxine pasó por su nariz y le dedicó una sonrisa divertida, Berta se acercó sentándose a su lado.
—¿De qué hablan?— preguntó extrañada.
—Amaris siente que alguien la estuvo siguiendo y vigilando.
—¿Quién te vigilaria?
—No lo sé, está mañana cuando salimos de Trost me pareció ver algo extraño detrás de mi pero lo ignore pensando que se iría si lo hacía y no funcionó.
—¿Por qué no dijiste nada?— Berta le comentó levantando una de sus cejas en señal de confusión cosa que Amaris entendió ya que ¿Por qué no diría algo tan importante como era eso? Que idiota.
—Lo siento— negó mirando hacia abajo mientras llevaba una de sus manos a su nuca rascando la misma.
El cielo azulado se abría frente a ellos para su suerte ya que hacía poco estaba todo medianamente nublado y eso era molesto, hacía la escena más extraña de lo que realmente era. Los rayos del sol dieron una atmósfera más cálida a toda esta situación por lo que cuando finalmente vieron a la gran estrella salir de entre las nubes, se relajaron.
—Al parecer no lloverá— Maxine se levantó para caminar junto a los demás.
Amaris suspiro quedándose con Berta a su lado quien le dedicó una pequeña sonrisa antes de acariciar su brazo amablemente, el sol golpeó por completo la muralla en la que estaban dejando ver finalmente un hermoso día, ambas contemplaron el pastizal verde que en el horizonte se mezclaba con el azul del cielo. Por primera vez en la mañana, la castaña sintió algo de calma después de todo lo que había pasado y lo único que hizo fue llevar sus ojos verdes brillantes hacia adelante.
