SNK: -"la última bruja"
el clan Ilazki era uno de los mayores misterios para todos los que alguna vez preguntaron sobre el mismo. nadie sabía con certeza las atrocidades por las cuales las mujeres de ese linaje habría pasado pero si se tenían rumore...
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0.39
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Convenciendo.
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Días después.
Ahí estaba Amaris nuevamente, se encontraba en las murallas junto con su escuadrón haciendo pequeñas tareas de mantenimiento, debían fijarse que los cañones estuvieran bien y aparentemente sí lo estaban. Maxine llevaba varias cajas estando a un lado de Berta y Amaris que caminaban hacia el siguiente artefacto.
—Bien, creo que esté estaba generando problemas últimamente— la rubia lo pateó para señalarlo, Amaris dejó la caja en el suelo y llevó sus manos a su cintura.
—Por lo que leí en el reporte, no bajaba como debería— Berta señaló, dejando las herramientas a un lado. La bruja se sentó en el suelo para poder ver mejor el equipo que tenía delante.
—Creo que está oxidado, debe de ser por la misma lluvias— explicó la castaña.
—Si, tienes razón, bueno supongo que podremos arreglarlo con...
El sonido de una bala de cañón siendo expulsada de un dispositivo cercano las hizo saltar del susto, las tres se voltearon para ver quién había sido el imbécil y claro que no se sorprendieron cuando vieron a Víctor y Asier riendo felices de su estúpida hazaña.
—¡Wooo! ¿Vieron eso?— Víctor soltó una risa golpeando el artilugio, Asier lo abrazó por los hombros riendo con él. —¡Fue fenomenal!
—¡"Fenomenal" será que nos castiguen! ¡Vengan aquí, sopencos!— exclamó Maxine negando y volviendo la vista al artefacto que tenía delante, tanto Víctor como su compañero la observaron una vez tomaron aire para parar de reír.
—No seas amargada, Maxine.
—Ya sabes cómo es— Asier negó, acariciando su hombro con gentileza.
Le dedicó una sonrisa que claro Víctor correspondió. Ambos se observaron por unos segundos más, las muecas de sonrisas se convirtió en un contacto visual extraño, que ninguno de los dos pudo explicar pero no era incómodo.
Los ojos de ambos jóvenes se habían encontrado como siempre pero había algo extraño está vez, un pequeño brillo se mostraba en los orbes de Asier quién no pudo evitar sonreír viendo a su amigo, eso eran ¿No? Buenos amigos. Víctor le devolvió la mueca y palmeó la mano que el mantenía sobre su hombro, no sabía si hacía calor o el estaba completamente acalorado por el momento que estaba pasando, él no podía verlo pero su rostro estaba levemente sonrojado.
