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❝xvi. she's my friend, i'm sorry ❞
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RESULTÓ UN MILAGRO QUE ADARA PUDIERA LEVANTARSE DE LA CAMA. No era ningún secreto que la chica aborrecía hacer ejercicio y durante los últimos días había sobre exigido a su cuerpo más de lo que podía aguantar.
Sin embargo, lo que más disfrutaba, era el silencio durante la mañana. Sus compañeras de dormitorio hacían demasiado ruido para prepararse ellas mismas y preparar sus cosas. En aquellos breves, y escasos, momentos sacaba provecho para ponerse al día con sus deberes o simplemente tener paz antes de volver al ruido constante.
Aunque se había despertado con una hora de anticipación para desayunar en paz, no había resultado lo que Adara esperaba. Bloom había irrumpido en la sala y dejó caer frente a su hermana un libro enorme.
—¿Por qué tienes ese libro? —preguntó, dejando su taza de té sobre la mesa. Tomó el libro en sus manos y escaneó la portada—. Que yo recuerde no tenemos esta clase.
Bloom tomó asiento a un lado de Adara y en voz baja susurró:
—No es para una clase.
En aquel instante, le había bastado solo ver la forma en la cual Bloom la veía para comprender que el tema giraba en torno a Beatrix. Ambas observaron su alrededor y permanecieron un par de segundos en silencio, esperando algún tipo de sonido de alguna habitación que delatase a sus compañeras de estar despiertas.
—¿No deberíamos hablar de esto en otro lugar? —preguntó susurrando, Adara.
—Solo necesito que actives esto —Bloom pasó por alto la pregunta. Abrió la mochila y sacó una extraña figura circular plana, con pequeños cristales en el borde y uno más grande en centro; para extendérselo a la otra pelirroja—. Debes cargarla con tu magia en el círculo de piedra.
Adara tomó la pieza entre sus manos y la examinó, mientras su hermana hablaba. Cuando la escuchó pedir que la cargase con su magia, levantó la cabeza confundida ante tal pedido.
