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❝xxvi. stella & adara❞
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LA MAÑANA SIGUIENTE NO FUE SIMPLE EN LO ABSOLUTO.
Adara debió permanecer varios minutos extra en la cama. Cada músculo, incluso cada hebra de cabello, dolía como la absoluta mierda.
—¿Piensas levantarte en algún momento, Ads? —inquirió Terra.
La pelirroja alzó los ojos, sin molestarse en levantar la cabeza, y enfocó la vista en la castaña. Terra rociaba perfume sobre la cama recién tendida, para hacer lo mismo sobre las almohadas luego.
—Lo haré eventualmente —respondió, tomando de una profunda respiración. Lo cual resultó ser una mala porque una fuerte presión en las costillas, ocasionó que soltase una maldición.
—¿Estás bien, Adi? —preguntó con el ceño fruncido, Terra.
Dejó el rociador sobre su escritorio y avanzó hasta quedar a un lado de la cama de Adara.
—Estoy bien —mintió.
En contra de lo que su cuerpo pedía —más bien rogaba—, se incorporó de la cama en un dos por tres. Adara evitó realizar cualquier tipo de reacción que delatase que no estaba bien.
—Estoy perfecta —continuó mintiendo—. Dormí mal anoche y quería estar un par de minutos más en la cama.
—Oh —rio avergonzada, Terra—. Lo siento. Continúa en la cama.
Aunque la pelirroja sonrió, no dijo palabra alguna y mucho menos se recostó sobre la comodidad de la cama.
—De acuerdo —Terra rio nerviosa ante la mirada de Adara—, me iré a desayunar —caminó hasta la puerta de la habitación, pero, apenas dejó la mano sobre el picaporte, añadió: —Recuerda que la cafetería cierra en quince minutos.
—Lo tengo en cuenta, Ter —respondió—. Gracias.
—De acuerdo —murmuró sonriendo, y salió del cuarto.
