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jisung observó a través de una rendija en las pesadas cortinas de terciopelo rojo como un hombre de cabello oscuro bastante intimidante irrumpió por los escalones de la entrada de la mansión. su paso era enojado mientras gritaba algo al hombre de cabello blanco. jisung tuvo una inmediata aversión al extraño de aspecto maligno. si ese tipo le había hecho algo a minho, jisung lo iba a cazar y haría que la hombre lo lamentara.

- no es agradable espiar.

jisung rodó los ojos cuando felix apareció detrás de él. ¿acaso ese hombre no tenía nada mejor que hacer? como ir a buscar café con leche o algo así.

- no espía.

- pff, lo que sea. conozco a un espía cuando lo veo, gruñiditos.- el asistente se dejó caer en el sofá y tiró una almohada sobre su regazo.- aunque dudo mucho de que minho te castigue por ser tan entrometido.

jisung se sentó en el suelo, cruzando las piernas mientras miraba a felix. el asistente era fuerte y grosero a veces, pero jisung sabía que el tipo tenía en mente el mejor de los intereses para minho. cualquiera persona que se preocupaba tanto por minho no podía ser tan malo.

quizá.
el veredicto aún estaba entre sí a jisung le gustaba felix o si lo quería arrojar debajo de un autobús.- no castigar.

- por supuesto que no.- la expresión de felix tenía una nota de burla.- eres su nueva mascota favorita.

felix chilló y saltó del sofá cuando jisung lo atacó. se estaba realmente cansando de la boca del hombre. de una forma y otra, felix iba a dejar de ser tan malo con él.

incluso si tuviera que sacar a golpes lo desagradable del hombre.

felix empujó a jisung, pero jisung se negó a dejarlo ir.

- no mascota.- gritó mientras agarraba la garganta de felix y empezaba a estrangular al chico. todo lo que jisung podía ver era la celda en la que lo habían mantenido y las botas que utilizaron para patearlo, y los latigazos que habían sufrido mientras los hombres de jaebum lo trataban peor que a restos de basura.

los dos rodaron, felix aterrizando encima. pero en lugar de golpear a jisung, felix estaba haciendo todo lo posible por agarrarle las muñecas.- ya basta, gruñiditos, antes de que consigas que te lastime. minho no será muy feliz conmigo si dejo una marca en tí.

jisung corcoveó, sacándose a felix de enca. los dos se pusieron de pie, dando vueltas entre sí.

- no me hagas enojar.- advirtió felix mientras alisaba las manos por la camisa de vestir rosada.- no te gustaré cuando estoy enojado. me vuelvo verde y crezco hasta ser tres veces más grande.

jisung hizo una pausa. ¿podría felix realmente hacer eso?

- te romperé en pequeñísimos cuadraditos y luego te comeré.- los labios de felix se estremecieron y luego se echó a reír. jisung no tenía ni idea de qué era lo divertido, pero sintió que su boca se curvaba en una sonrisa.

- no agradable.

él retrocedió cuando felix acortó la distancia y puso un brazo sobre el hombro de jisung.- ya te acostumbrarás a mi encantadora personalidad.

jisung no pensaba eso. él tampoco se fiaba de este agradable felix. era una especie de truco. tenía que serlo. nadie era agradable con jisung. nadie, excepto minho. trató de apartarse, pero felix mantuvo un firme agarre sobre él.

- ya ves, yo no soy tan mala persona. pero cuando se trata de minho, bueno, soy un poco sobreprotector. pero puedo ver que te quedarás, así que bien podría enterrar el hacha.

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